Allá por 2017, cuando llegó al club, Jorge De Olivera (38) nunca imaginó lo que le esperaba en Platense. Hoy las estadísticas hablan por sí solas. El misionero ostenta el récord de imbatibilidad en el arco Calamar con 726 minutos sin recibir goles. Es también uno de los pocos players en obtener dos ascensos con el club. Y va camino a ser récord en cantidad de presencias consecutivas.
Y como si lo anterior no fuera aún suficiente, el último domingo sumó una nueva marca al que ya es un registro mítico para el team de Vicente López. En la goleada ante Rosario Central por 4-1, que cerró el torneo para el Calamar, De Olivera se convirtió además en el primer arquero en la historia de Platense en convertir un gol. ¿Qué tal?
Pues bien, hay que decirlo… hay más. Con ese tanto de penal, Jorge también se transformó en el primer arquero misionero en marcar un gol en la máxima división del fútbol argentino. Al menos, los más memoriosos no recuerdan registro de gesta similar.
Y ahí es donde EL DEPORTIVO entró a la cancha para pelotear a De Olivera, el primer guardavallas de la tierra colorada en darse el gusto de inflar las redes. Es así. El que los evita, también sueña con hacerlos.
Jorge, ¿cómo surgió la idea de patear ese penal?
Todo surgió cuando estábamos en la Primera Nacional, con Fernando Ruiz como DT. En el primer campeonato tras el ascenso de la B Metro, tuvimos una rancha creo que de cuatro o cinco penales errados. Entonces en un entrenamiento me acerqué a Ruiz y le dije “Fer, mirá que me animo a patear”… Y él me dijo que le metiera.
Eso fue allá por 2018… ¿y qué pasó?
Y pasó que quedé como encargado de los penales. Empecé a entrenar eso, faltaban cinco fechas y… (se ríe) no tuvimos ningún penal a favor. Y terminó el semestre, Fernando Ruiz se fue, llegaron otros jugadores y todo quedó ahí.
Te había quedado la pica…
Y las ganas estaban, siempre estuvieron, esa posibilidad de poder patear un penal. Y tanto fue así que ya en el último torneo en la Primera Nacional, contra Riestra, empatamos, fuimos a los penales y me tocó tirar. Ahí hice el gol, pero como fue después de los noventa minutos, no cuenta como un gol oficial, pero demostré que podía (se ríe).
Entonces lo hablé con Mauro Bogado, el encargado de los penales, en el vestuario. Le dije que si en algún momento teníamos un penal y estábamos arriba, tenía ganas de hacer un gol. Me dijo que no había problemas. Incluso en el partido ante Estudiantes de La Plata estaba todo hablado con el “Chocho” Llop, pero ese día tampoco tuvimos un penal a favor…
Hasta que el domingo… ¡misión cumplida!
Y así fue. Contra Central estábamos arriba 2-1. Y cuando cobraron el penal, me fui corriendo. Matías Tissera ya había agarrado la pelota y quería patearlo, es entendible, porque es delantero. Pasa que no estaba al tanto de lo que habíamos hablado con Mauro. Se lo expliqué rápido para que no quede la imagen de que estábamos peleando, él enseguida entendió… Y todo terminó bien.
Y para un arquero, que siempre está en la línea, ¿cómo es pararse del otro lado?
Y es un poco contradictorio, digamos. Y fue raro. Mirá, en aquella serie contra Riestra me tocó patear el séptimo penal, ya en la serie de uno, que si lo erraba, quedábamos afuera. Con todo lo que implicaba, siempre estuve súper tranquilo.
Pero el otro día, contra Central, sentí un poquito ese cosquilleo, algo de nervios, y eso que estábamos ganando y era la última fecha. Pasa que el de Riestra era algo importante para el club y este como que era una cuestión más personal.
A la hora de patear, no dudaste…
(Se ríe)… Después del partido, el entrenador de arqueros me contó que muchos me vieron correr en el penal y que le preguntaron a Llop… Y el “Chocho” les dijo: “quédense tranquilos que Jorge le rompe el arco”. Pasa que siempre que practiqué lo pateé así, fuerte.
¿Fue el primer gol oficial de tu carrera?
Sí, fue mi primer gol oficial, pero no el último (se ríe).
¿Y se vienen más goles?
Yo creo que sí… Si se da, voy a volver a hacerlo. Voy a repetirlo.
¿Sabés que sos el primer arquero misionero en hacer un gol en Primera?
La verdad es que no lo sabía, como tampoco sabía que soy el primer arquero de Platense en hacer un gol. Yo no busco ese tipo de cosas, pero es cierto que, cuando llegan, las disfruto y mucho, me llenan de orgullo y felicidad.
En los videos se ve que no tuviste mucho tiempo de festejarlo…
Quería festejarlo primero con el cuerpo médico, porque venía arrastrando algunos dolores y quería agradecerles todo el trabajo que hicieron conmigo. Y segundo con el cuerpo técnico, porque era su último partido. Pero cuando me estoy yendo a festejar con ellos, veo que mis compañeros ya estaban llegando al mediocampo y el árbitro podía dar la orden de jugar, así que preferí volver al arco. Lo festejé con todos ellos después del partido.
Al “Chocho” Llop lo despidieron con emoción en Vicente López…
Y se merecía una despedida así, tal como nuestro último esfuerzo y ese triunfo. Se lo merece todo el cuerpo técnico por el profesionalismo y por la clase de personas que son, se manejaron siempre con mucha dedicación, con mucho compromiso desde que llegaron al club, mucho respeto. Yo estoy muy agradecido a ellos y también muy contento porque les pudimos regalar este último triunfo.
¿Te quedás en Platense?
Sí, tengo contrato hasta diciembre de 2022. Ahora vamos a descansar, es el momento de recuperarnos y recargar pilas para lo que viene.
¿Qué balance hacés del equipo en este regreso a Primera?
Quizás no fue ideal, pero el balance termina siendo positivo, sobre todo por este tema de los tiempos, que no tuvimos descanso ni preparación para encarar un torneo tan competitivo. Desde ese lugar y tratando de no ser conformistas, creo que el balance es positivo.
Nos habíamos trazado un objetivo mínimo de sumar 15 puntos y llegamos a los 14. Eso nos deja tranquilos, expectantes para lo que viene, para planificar mejor y mirar el futuro de manera optimista.
Estamos contentos por lo que se consiguió, imaginate que arrancamos el 3 de septiembre y hasta ayer tuvimos solo un descanso de cinco días. No paramos, no tuvimos ni tiempo de festejar el ascenso.
A recargar las pilas… ¿será en Misiones?
Sí, seguro que sí, me voy a ir unos días para allá a estar con la familia y los amigos.