El cierre de colegios y guarderías obligó a muchas madres en todo el mundo a dejar su trabajo o reducir su jornada laboral. Nuevas estimaciones del FMI confirman que este hecho ha tenido consecuencias muy importantes para las madres trabajadoras y el conjunto de la economía.
En pocas palabras, en el ámbito laboral, las mujeres con niños pequeños han sido una de las principales víctimas del cese de la actividad económica, señala el trabajo que lleva la firma de la titular del Fondo, Kristalina Georgieva.
Tres países -Estados Unidos, el Reino Unido y España- permiten ilustrar las diferentes repercusiones de la pandemia sobre los trabajadores. Estos tres países se encuentran entre los más afectados por el virus a nivel mundial, pero Estados Unidos es el que registró una mayor pérdida de puestos de trabajo.
En comparación, los trabajadores británicos sufrieron el mayor recorte de horas de trabajo, mientras que, en España, los trabajadores enfrentaron una mezcla de pérdida de empleo y reducción de jornada. Estas diferencias fueron especialmente pronunciadas durante los primeros meses de la crisis y se deben en parte a las diferencias en las políticas aplicadas por cada gobierno.
Estados Unidos prefirió prestar apoyo a los trabajadores desocupados con un aumento de las prestaciones por desempleo, y durante un período más largo, mientras que el Reino Unido y España optaron por sistemas de retención para preservar los vínculos entre trabajadores y empleadores.
Las más afectadas
Las divergencias en cuanto a experiencias de los trabajadores no solo varían en función del país, sino también del género. Como muestra un estudio anterior del Fondo Monetario, en Estados Unidos las mujeres se vieron más afectadas que los hombres, mientras que en el Reino Unido fue todo lo contrario, y en España el nivel de sufrimiento de ambos géneros fue similar.
A pesar de estas diferencias, los tres países tienen algo en común: el confinamiento y las consiguientes medidas de contención han afectado de forma desproporcionada a las madres de niños pequeños.
El cierre de los colegios y la puesta en marcha del aprendizaje a distancia obligaron a los padres, y particularmente a las madres, a asumir responsabilidades adicionales en el cuidado de los hijos.
A raíz de ello, muchas mujeres -que ya venían cargando con el grueso del cuidado de los hijos y las tareas del hogar incluso antes de la pandemia- dejaron su trabajo o redujeron su jornada laboral.
Las mujeres con hijos más pequeños han sufrido mayores pérdidas de empleo y/o mayor disminución de las horas trabajadas que otras mujeres y hombres en esos tres países, dice el informe de Kristalina Georgieva.
En Estados Unidos, por ejemplo, entre abril y diciembre de 2020, ser madre de por lo menos un hijo menor de doce años reducía la probabilidad de estar empleada en tres puntos porcentuales respecto a un hombre con contexto familiar parecido.
Argentina
“Creo que en un momento colapsé, colapsé con la casa, colapsé con la familia, colapsé con mis estudios”, le dijo a France 24 en Español Marcela Lorenzo. “Esa interacción, ese encuentro con el otro, con la otra, con el otro, lo necesité muchísimo, es como de encontrarme, levantarme y qué hago. Esa desesperación, llorar de la nada. ‘Mamá por qué llorás’. Pero era porque ‘no quiero estar más encerrada en este espacio’”.
Lorenzo tiene 42 años, nació en Uruguay, pero llegó a Argentina hace 37 años. Vive en un pequeño departamento de un ambiente, dividido en dos por un armario. Allí convive con sus dos hijos menores de edad, de 15 y 7 años; y con su pareja.
La pandemia forzó a la familia al encierro y a Lorenzo a descuidar sus estudios para maestra de primaria, mientras se concentraba de lleno en las tareas del hogar y de cuidado, con mucho tiempo y esfuerzo dedicado a apoyar la educación de sus hijos. Su historia para nada es única. De hecho, es representativa de algo que ocurrió en millones de hogares durante la pandemia. “Hubo una fuerte crisis de cuidados durante el confinamiento”
Karina Bidaseca es investigadora, profesora de la Universidad de Buenos Aires y experta en estudios de género. Encabezó una investigación entre junio y agosto de 2020, después de los más duros meses de la cuarentena que había comenzado en marzo de ese año. El objetivo del estudio era evaluar el impacto de la pandemia entre las mujeres.
Según su investigación, las mujeres estuvieron especialmente sobrecargadas por el cuidado doméstico y el acompañamiento educativo: un 92,6 % de las encuestadas dijeron que ellas se hicieron cargo de trabajar con sus hijos en las actividades escolares.
“Lo que observamos justamente es que hubo una fuerte crisis de cuidados durante el confinamiento, que se tradujo también en un estado de ánimo que tiene que ver con estar sobrecargadas, o preocupadas, o angustiadas”, dijo Bidaseca.
La angustia fue una de las consecuencias emocionales, afectivas y psicológicas de esta situación. “Es una sensación de agotamiento profundo, esto de 24-7, 24-7”, le dijo a France 24 en Español Sandra Bernabó, psicóloga con perspectiva de género que viene tratando a muchas mujeres a lo largo de la pandemia. “No es lo mismo con unas 4 u 8 horas de chicos en la escuela y mujeres pudiendo llevar adelante su trabajo doméstico, que lo que es hoy por hoy. No hay espacio ni momento”.