La infección por el coronavirus SARS-CoV-2 tiene una afectación muy variable. Durante los últimos meses ha provocado la muerte de más de 55.000 argentinos y, entre las personas contagiadas (más de 2.3 M), muchos han sido asintomáticos, mientras otros han sufrido sintomatología leve y problemas graves que incluso les han mantenido semanas en la UTI (Unidad de Terapia Intensiva). Otra realidad son las secuelas, que suscitan preguntas a las que los científicos todavía no pueden dar respuestas certeras, una tónica ya habitual en todo lo relacionado con el virus y esta enfermedad.
Por lo general, las personas con poca sintomatología se recuperan de manera espontánea y no suelen referir consecuencias funcionales. Sin embargo, existen datos que nos indicarían que entre un 5 y un 10% de las personas infectadas mantienen sintomatología relacionada con COVID-19 transcurridas más de cuatro semanas desde la infección.
Síndrome de fatiga posviral
Algunos sujetos refieren fatiga excesiva al realizar actividades cotidianas, sueño poco reparador, falta de concentración, pérdidas de memoria. Esto es lo que se ha denominado síndrome de fatiga posviral. Pero otras no llegan a ese extremo pero sí sufren más cansancio del habitual y su condición física no es la que tenían anteriormente.
¿Cómo retomar entonces la actividad física tras la sufrir la infección por COVID-19? Los especialistas recomiendan, como norma general, una reincorporación gradual y adaptada a cada caso.
El síndrome posviral tiene que ser diagnosticado por un médico, quien prescribirá las pautas que debe seguir el paciente. “La fatiga, la apatía y las emociones negativas impiden al paciente realizar las actividades de la vida diaria, le cuesta levantarse de la cama, no le apetece comer ni salir a la calle porque está sumamente agotado”.
“Si tiene insuficiencia respiratoria, deberá trabajarse la musculatura respiratoria; si tiene atrofia muscular, deberá iniciarse un programa de musculación muy suave con ejercicios de fuerza; si hay problemas de resistencia, habrá que hacer trabajo aeróbico. Seguramente habrá que hacer una combinación de trabajos a partir de la situación particular de cada paciente y de sus posibilidades de trabajo”.
Actividad a diario
Se considera prioritario el descanso físico y mental, reducir el uso de la televisión, el teléfono y las redes sociales, una alimentación equilibrada e hidratación abundante así como realizar a diario una actividad física adaptada al nivel de energía: “Es preferible realizar ejercicios sencillos cada hora en lugar de permanecer largos períodos inactivo y acumular toda la actividad física en un único momento del día”. Del mismo modo, es conveniente separar las actividades que requieren más energía (ir de compras o limpiar la casa).
Comenzar con intensidades leves e ir progresivamente avanzando es la clave tanto para la actividad física como para el deporte. Y también en los casos en los que no existe un síndrome post-viral y se ha superado la infección pero permanece un cansancio superior al habitual: “Para estas personas es básico el descanso, la dieta sana, con mucha fruta y verdura, proteína e hidratos de carbono, y el ejercicio físico”.
Lo primero ha de ser incorporar actividades de la vida cotidiana como subir un par de pisos. De todas maneras, se recomienda integrar en la rutina a elegir un entrenamiento de la fuerza para conseguir una buena recuperación muscular: “Lo ideal es incluir ejercicios funcionales sencillos, con períodos de 5 a 10 minutos, y luego de 15, con descansos de 5 minutos…es decir, con una duración de esos ejercicios progresiva y ascendente”.
Dosificar el ejercicio en función del estilo de vida
Dado que el COVID-19 es un virus muy desconocido, lo mejor es consultar con un especialista para dosificar el ejercicio en función del estilo de vida de cada persona, sus gustos y su sintomatología.
De hecho, existe evidencia científica de que el entrenamiento de la fuerza y la masa muscular es beneficioso para muchas otras patologías, como diabetes, obesidad, síndrome metabólico o fatiga crónica: “Es así porque la estimulación de la masa muscular genera que el músculo, que es uno de los órganos más grandes que tenemos en nuestro cuerpo, segregue una serie de sustancias al organismo que son capaces de ayudar al tratamiento”.