Un grupo de investigación del Laboratorio de Protección Vegetal y Biotecnología del INTA Concordia –Entre Ríos– y del Instituto de Agrobiotecnología y Biología Molecular (IABIMO) trabajan en la aplicación de dos técnicas que podrían permitir la detección temprana de la enfermedad que afecta a los cítricos. Se trata de la transcritómica y la metabolómica, dos técnicas que tienen un gran potencial para detectar patrones asociados a la enfermedad.
Por un lado, la transcriptómica permitiría identificar los genes de la planta que se expresan frente a la interacción con la bacteria; mientras que la metabolómica facilitaría el estudio de metabolitos que podrían señalar el estado patológico de la planta.
El HLB es la enfermedad más letal de los cítricos y es causada por tres especies de bacterias “Candidatus Liberibacter asiaticus” (CLas), “Candidatus Liberibacter americanus” (CLam) y “Candidatus Liberibacter africanus” (CLaf).
Existen dos vías de transmisión de las bacterias –uso de plantas o yemas enfermas o insectos transmisores–, hasta el momento el psílido asiático Diaphorina citri, es el único presente en la Argentina.
Entre Ríos es la mayor productora de cítricos del país, aunque también aparecen en las estadísticas otras dos provincias del NEA que son Misiones y Corrientes. La principal preocupación de los productores y las industrias es el daño económico que puede ocasionar ya que no tiene cura y es muy perjudicial.
Uno de los principales desafíos al que se enfrentan investigadores y productores es a la detección temprana de la enfermedad. De acuerdo con Rodrigo Machado, especialista del INTA Concordia, “en plantas jóvenes, los síntomas del HLB aparecen entre los 6 y 12 meses posteriores a la infección, mientras que, en árboles mayores a 10 años, la aparición de síntomas puede ser aún más tardía. Sumada a esta variación, los síntomas no son globales, sino que puede haber partes de la planta afectadas y otras no”.
Estas particularidades dificultan la detección temprana y precisa de la enfermedad. Por esto, Machado señaló que se enfocan en “la aplicación de alternativas analíticas y moleculares para el diagnóstico mediante el uso de las nuevas tecnologías conocidas como ‘ómicas’, es decir, técnicas de laboratorio que permiten generar información masiva de las plantas, ya sea la totalidad de genes expresados, de proteínas y de metabolitos producidos.En nuestro caso particular, usamos la transcriptómica y la metabolómica. Por lo que estudiamos genes expresados y metabolitos”.
En cuanto al uso de cada técnica, Machado explicó que “la transcriptómica permitirá identificar aquellos genes que la planta expresa en respuesta a la infección con la bacteria y distinguirlos de aquellos que habitualmente se expresan en condiciones de no infección”.
Por otro lado, detalló que “la metabolómica facilitará el estudio de biomarcadores –que son sustancias que indican un estado biológico– también conocidas como metabolitos; su detección y comparación con la información existente, permitirá saber qué biomarcadores genera la planta frente a la infección con HLB y cuáles no”.
En la actualidad, el método utilizado para la detección del HLB es la PCR en tiempo real con sonda Taqman que, a ciencia cierta, permite detectar con gran certeza la presencia o ausencia de la bacteria en las muestras de las plantas. Sin embargo, actualmente la PCR está adaptada para detectar genes de la bacteria y, a sabiendas de que la distribución de la misma en las plantas es despareja, el resultado depende de donde se tome la muestra a analizar y eso genera un gran inconveniente.
El procesamiento bioinformático de la información recolectada con estas herramientas permitirá identificar patrones asociados a la infección producida por la bacteria CLas en plantas cítricas y actualizar la detección con PCR para que se pueda detectar genes y metabolitos de la planta asociados con el HLB. “Esto traería una ventaja en términos de tiempo, debido a que la brecha de detección se acortaría, aunque no se debe dejar de lado el desafío que esto implica, por la inespecificidad en la respuesta de las plantas”, puntualizó Machado.