Mientras el Concejo capitalino debe tratar el proyecto para registrar canes peligrosos, en los barrios y paseos públicos se multiplican los episodios violentos y el temor ante estos animales en la vía publica sin las debidas medidas de seguridad.
El hecho más reciente, que causó indignación por la falta de cuidados y de controles, ocurrió durante el Viernes Santo último cuando un adolescente fue atacado por un pitbull, que lo mordió en el pectoral izquierdo, antebrazo y muslo izquierdo. El perro agresor se encontraba suelto en la calle y sin bozal, según publicó oportunamente PRIMERA EDICIÓN tras la denuncia del padre del menor ante la policía.
Días antes, “una vecina debió ser atendida en el Hospital Favaloro por la mordedura de un perro callejero que andaba suelto. Acá tenemos una fuerte problemática a causa de un supuesto refugio de tránsito, donde una persona dice recogerlos para cuidarlos, pero que deja sueltos cuando va a trabajar y uno de ellos atacó a la mujer”, contó a este Diario la presidenta del consorcio de la chacra 150, Lidia González.
Lo que ocurre en esa chacra es sólo el botón de muestra de distintos sucesos en toda la ciudad, inclusive el territorio provincial, “donde es muy visiblemente el fenómeno de la tenencia irresponsable de perros que protagonizan episodios violentos”, fue el comentario del licenciado Lucas “Chocho” Gómez, voluntario de “Tu mascota es familia”, quien promueve fuertemente el debate para que la capital misionera cuente con espacios públicos de esparcimiento adaptados para mascotas, donde se facilitaría el control de una ordenanza que no se cumple.
En Posadas, el uso de la correa y el bozal, obligatorio para perros de razas potencialmente peligrosas o canes de más de 25 kilos, se ha vuelto una problemática compleja ante prácticas sociales que no se modifican y la inexistencia de equipos que refuercen el control.
No se cumple ni controla
Consultada al respecto de los equipos de control, la titular del IMuSA, Rosana Gasek, quien asumió recientemente en el cargo, volvió a asegurar a PRIMERA EDICIÓN que se está elaborando un esquema para profundizar controles. “Estamos trabajando en ello, nos tocaron feriados largos y hay que organizar a la gente”, aseguró la funcionaria.
Por su parte, el presidente barrial de la chacra 150, Emilio de Lima, resumió las complicaciones comunes en la gran mayoría de los barrios y chacras. “En nuestros vecindarios de por sí vivimos hacinados en los monoblocks y las familias adoptan animales, los cuales se pasan la mayoría del tiempo sueltos en los espacios comunes y la vía pública”, manifestó.
María Duarte, mamá de cinco niños, la mayoría en edad escolar contó el temor con el que conviven a diario en el barrio a causa de la irresponsabilidad con que las familias tratan a sus mascotas.
“Quien tiene un pitbull o un rottweiler, que acá tenemos muchos casos y cada vez son más, dicen: no hacen nada son buenitos y todos sabemos que la ferocidad de esos animales no se debe subestimar, porque cuando atacan a alguien ya es tarde. Falta control y la toma de medidas ejemplificadoras”, exigió con preocupación.