La Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), el principal instituto de investigación brasileño, advirtió hoy que el coronavirus “permanece en circulación intensa en todo el país” y que los confinamientos son una receta imprescindible, mientras Brasil superaba hoy la barrera de los 90.000 casos diarios y el presidente Jair Bolsonaro seguía rechazando el encierro por su impacto económico.
En pleno agravamiento de la crisis sanitaria, el gigante sudamericano reportó 92.625 contagios de Covid-19 en las últimas 24 horas, 5.646 más que ayer, informó el Ministerio de Salud, según la agencia de noticias Sputnik.
Además, el país sumó 3.829 decesos en la víspera, lo que significó apenas un leve descenso tras los 4.195 registrados ayer y que marcó la cifra máxima desde el inicio de la pandemia.
Estas alarmantes estadísticas, que elevaron el total acumulado a casi 13,2 millones de contagios y 340.776 decesos, se dieron a conocer luego de que Bolsonaro descartara una vez más la posibilidad de implantar un confinamiento de la población a nivel nacional.
En un discurso en la ciudad de Chapecó, en el estado sureño de Santa Catarina,Bolsonaro admitió que podría hacerlo, “como quieren algunos”, pero negó rotundamente esa posibilidad. “No habrá un “lockdown” (cierre) nacional”, aseguró mientras era recibido con aplausos.
“Las medidas de bloqueo constituyen un remedio amargo, pero son absolutamente necesarias en momentos de crisis y colapso del sistema de salud como el que actualmente vive el país, a fin de evitar más muertes”, indicó Fiocruz, dependiente del Ministerio de Salud, en un Boletín Extraordinario.
En el informe, que analiza las tendencias de la pandemia durante la semana del 28 de marzo al 3 de abril, los autores insisten asimismo en la necesidad de “acelerar la vacunación”, que tropieza con dificultades de abastecimiento de insumos.
Las otras recetas tienen pocas esperanzas de ser oídas: fortalecer las medidas de aislamiento, de manera coordinada entre los tres poderes y entre el gobierno federal, los estados y los municipios. “Coherencia y convergencia son fundamentales en este momento de crisis”, destacan.
El habitual rechazo de Bolsonaro a imponer medidas de bioseguridad y aislamiento se ratificaron hoy, un día después de que el país batiera un nuevo récord de cifras de muertos a causa de la enfermedad.
En los primeros seis días de abril, el número de decesos ascendió a 15.432, manteniendo la tendencia de marzo, el mes más letal hasta ahora, con 66.573, más del doble del récord anterior. El promedio diario en siete días es de 2.757 fallecimientos.
Los especialistas afirman que en las próximas semanas la nación podría atravesar un escenario más sombrío, con los hospitales colapsados, la vacunación avanzando a paso lento y el Gobierno de Bolsonaro rechazando la aplicación de una cuarentena, debido a sus impactos económicos negativos.
Uno de los estados más golpeados por la emergencia es San Pablo, que notificó ayer 1.389 muertes en un día, un aumento del 1,8% en el período, mientras que los casos fueron 22.794, es decir, alrededor del 85% del máximo histórico registrado en la última semana, con un crecimiento del 0,9% en la víspera, según informó el portal Terra.
En la ciudad más grande de América fueron habilitados colectivos escolares para cargar cuerpos y se están realizando entierros nocturnos para atender la demanda.
El país comenzó a vacunar a principios de enero, varias semanas después que Estados Unidos, gran parte de los países europeos e incluso que la Argentina y Chile.
A falta de orientaciones claras del Gobierno de Bolsonaro, los estados y ciudades se vieron librados a su suerte, enfrentando muchos contratiempos, fraudes e incluso la suspensión de la vacunación como ocurrió en Rio de Janeiro o Salvador, a falta de dosis.
Hasta la fecha, 20 millones (9,8% de la población) de personas recibieron la primera dosis y 5,8 millones (2,7% de la población), la segunda.
Fuente: Agencia de Noticias Télam