El 24 de marzo de 1882, el médico alemán Robert Koch anunciaba el descubrimiento del bacilo que posteriormente recibiría su nombre y que es el causante de la tuberculosis. Por ello, cada año se conmemora en esta fecha el Día Mundial de dicha enfermedad.
El lema de este año es “El tiempo corre”, con el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) busca advertir al mundo que se acaba el tiempo para conseguir el objetivo de acabar con la tuberculosis. La pandemia de COVID-19 ha retrasado los planes y el progreso de ese objetivo.
En el marco de esta efeméride, la neumonóloga del Hospital Escuela Ramón Madariaga de Posadas, Susana Azcona, resaltó la importancia de la consulta temprana frente a los síntomas.
La profesional explicó que “la tuberculosis es una enfermedad granulomatosa, infecciosa, crónica, que se caracteriza por la presencia de síntomas, que muchas veces son solapados. Se trata de una enfermedad curable y prevenible”.
Se puede prevenir a través de la vacuna BCG, que sirve para prevenir las formas graves de tuberculosis (meningitis tubérculos o tuberculosis diseminada). En Argentina esta vacuna es obligatoria en el Calendario de Vacunación. Todos los recién nacidos deben recibirla.
Otra forma de prevención es evitar el contacto con las personas con la enfermedad activa.
“En la tuberculosis respiratoria pulmonar uno de los síntomas principales es la presencia de tos, con expectoración, por 15 días. Hay personas con tos crónica, porque tienen un diagnóstico de asma, EPOC, bronquitis crónicas, estos pacientes como conocen su enfermedad de base, no le dan importancia a la presencia de la tos, pero debemos hacerles entender que muchas veces no se trata de su enfermedad de base sino de tuberculosis”, advirtió Azcona.
Además, detalló otros síntomas que se pueden presentar, como fiebre vespertina, febrícula. Y recomendó a la población que ante la presencia de los síntomas detallados anteriormente, consulte al médico para una evaluación.