En el 2020 la cadena superó los 11.100 millones de litros de producción; a su vez, se exportaron productos lácteos por un volumen equivalente a 2.240 millones de litros. Tanto en producción como en exportaciones, la cadena mostró buenos números, de hecho, los más elevados desde la crisis de finales de 2015.
En materia de precios, la industria pagó en enero de este año (en promedio) $22,74 por litro de leche cruda, un valor muy cercano a la media de los últimos 15 años ($22,39), pero insuficiente para evitar la desmejora de los márgenes en tambos (afectados por suba de costos claves, particularmente vinculados a la alimentación de los animales), y probablemente, para sostener el crecimiento de la producción a futuro.
A diferencia de lo sucedido en 2019, cuando la producción de leche cruda sufrió un arranque de año difícil, con importante baja en relación a 2018, durante el primer semestre de 2020 la producción creció un 9,3% interanual, por buena disponibilidad de alimento y un clima más favorable para la actividad tambera (medido por el IHT: Índice de Humedad Temperatura). Durante el segundo semestre, la producción continuó en ascenso a un ritmo del 6% interanual, para promediar durante 2020 un crecimiento del 7,4% anual. De esta manera, la producción de leche cruda ascendió a 11.113 millones de litros, según estimaciones de la Dirección Nacional de Lechería (DNL), la cifra más alta de los últimos 5 años.
Al mes de enero de este año la producción continúa en crecimiento (+7,7% i.a.), aunque existen dudas respecto de si podrá mantenerse en expansión. Debe señalarse que el nivel de producción lechera (actividad primaria) es resultado de los precios relativos y demás condiciones económicas y ambientales que enfrenta el productor entre 9 y 15 meses antes o previos al momento en que se alcanza la producción; en otras palabras, la oferta responde a los precios y demás factores relevantes con un rezago de varios meses (como referencia puede considerarse un año).
El precio de la leche cruda pagado a productor (SIGLEA) pasó de $17,26 a 22,74 en los últimos 12 meses (+31,7%, ene20-ene21). Este aumento nominal fue insuficiente para compensar la inflación, el poder de compra de la leche frente a la canasta básica de bienes y servicios (canasta IPC) se redujo en 4,7% durante igual período, otorgando un poder adquisitivo un 9% inferior al segundo semestre de 2019 (momento en el que se comenzó a determinar el potencial productivo de 2020: inicio de confección de reservas, retención y servicio de futuras hembras lactantes, etc.).
Los $22,74 por litro pagados durante enero de este año equivalen a US$ 26,5 centavos al tipo de cambio oficial BCRA, y acumulan una contracción de -8% interanual, y -10% en relación al segundo semestre de 2019, momento en que la brecha entre dólar oficial y dólar libre no superaba el 20% (actualmente ronda el 80%).
En el plano local, la mayor oferta de leche/lácteos en relación a 2019 se encontró con un consumo doméstico afectado por la Pandemia y la política de aislamiento obligatorio; el valor de la integración láctea destinada al mercado interno que monitorea IERAL mostró una baja importante en términos reales (precios de productos lácteos que no lograron seguirle al ritmo a la inflación, seguramente por un exceso de productos). En el plano internacional, se observaron precios externos en baja hacia mediados de 2020 que, en un contexto de derechos de exportación del 9% en LP y 5% en Quesos, redujeron el valor de la integración láctea destinada al mercado externo.
Por otra parte, para complicar más aún la ecuación de los tambos, el buen poder de compra que mostraba la leche cruda en términos de granos durante el primer semestre de 2020 (2,1 kilos de maíz por litro de leche, 1,23 kilos de soja / litro), desmejoró sensiblemente durante el segundo por combinación de una leve baja del precio de la leche en USD frente a significativas subas en dólares de ambos granos. En enero de este año un litro de leche cruda compraba 1,3 kg de Maíz / Lt (-37%) y 0,78 kg de Soja / Lt (-36%); la contracción en el poder de compra de la leche cruda ha sido realmente importante, descendiendo hasta niveles mínimos, similares a los observados durante la crisis láctea de 2015/16.
De acuerdo a la última estimación de IERAL, la integración láctea alcanzó los $67,9 por litro elaborado en enero de 2021, cuando un año atrás se ubicaba en $80,8 (a precios de Enero’21). Según este indicador, el valor la canasta de productos lácteos apenas aumentó un 16,2% en términos nominales en los últimos 12 meses, lo que representa un abaratamiento del 16% en pesos constantes (un ajuste muy fuerte en términos reales). Si bien no se dispone de suficiente información como para corroborarlo, es probable que los controles de precios impuestos por el gobierno nacional sobre varios productos de la cadena hayan influido en el relativo estancamiento de los precios de los lácteos en el 2020, particularmente en determinados canales comerciales (grandes superficies); estos controles al operar sobre los precios de unas pocas empresas líderes pero de referencia en el mercado, pueden tener cierta efectividad (a corto plazo) para contener los precios de las restantes empresas del mercado y competidoras.
La significativa baja en el precio real de los lácteos recompuso, en parte, el poder de compra del salario de los trabajadores formales medido contra estos productos; en efecto, un salario medio pasó de comprar 936 litros mes a 1.072 litros mes (valuados al precio medio de los litros incorporados y vendidos en una canasta de producto representativa) en los últimos 12 meses. A pesar de esta mejora, el poder adquisitivo en lácteos del salario actual seguía estando a comienzos de este año por debajo del observado durante el período 2012-2018.
En moneda dura, el valor de la integración láctea se aproximó a 0,79 dólares oficiales por litro elaborado en enero 2021, cayendo 19% en relación a un año atrás, y ubicándose en valores mínimos en relación a los últimos 12 años.