Desde el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) aconsejan la detección temprana y la desinfección para prevenir el avance del Mal de Tela en las plantas de yerba mate.
Según el INYM hay que estar atentos y ante los primeros signos de la presencia del Mal de la Tela en las plantas, cortar las ramas afectadas, retirarlas del yerbal y quemarlas; el paso siguiente es desinfectar todas las herramientas, ponchadas y/o cualquier otro medio utilizado durante ese trabajo, incluso la indumentaria. Esa es la única forma efectiva de frenar la propagación de la enfermedad en el cultivo de yerba mate.
“Los cuidados, la desinfección, deben estar presentes en las tareas que realice tanto el productor, como el tarefero, el transportista, todos los que ingresen o tengan contacto con esa yerba. Únicamente así se evitará que el hongo se propague en más plantas y chacras vecinas”, enfatizó Claudio Marcelo Hacklander, director por la Producción en el INYM quien estuvo presente en la jornada sobre el tema que reunió, el miércoles pasado, en Jardín América, a productores y técnicos del Servicio de Extensión Yerbatero y del Ministerio del Agro y la Producción.
El Mal de la Tela “es uno de los temas que más nos preocupa por su rápida propagación y daños en el rendimiento del cultivo”, indicó Hacklander.
“Por eso estas charlas con los productores, porque nos permiten acercar y multiplicar los conocimientos que tienen los técnicos y lo hacemos de manera conjunta con otras instituciones como el Agro, el INTA, SENASA y cooperativas, estamos todos involucrados en el objetivo de evitar la enfermedad”, agregó.
Qué hacer
Las condiciones ambientales y el manejo que realiza el productor, el tarefero y el transportista son los dos aspectos que determinan la presencia o no del Mal de la Tela en los yerbales.
“El hongo necesita humedad y temperatura. Veníamos de un período muy seco, entonces estábamos tranquilos, pero en enero apareció la lluvia, las plantas empezaron a brotar y la enfermedad avanzó. Si a eso le sumamos que no tomamos los recaudos de desinfección, tenemos un escenario que favoreció su dispersión dentro de las chacras y entre las chacras”, explicó Silvina Machuca, del Servicio de Extensión Yerbatero del INYM.
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El año pasado se hicieron estas jornadas y en yerbales donde los productores tomaron acciones de saneamiento de las plantas, se puede ver que se controló la enfermedad”, ilustró.
La enfermedad se manifiesta en los meses de verano, sobre todo en diciembre y enero, dependiendo de las condiciones climáticas. “Lo que le pedimos a los productores es que salgan a caminar sus yerbales a observar si hay síntomas; generalmente en febrero los síntomas se dejan de ver porque las hojas caen al suelo y cuesta identificar a las plantas enfermas, aunque la estructura del hongo queda en las ramas, pero ya hay que conocer un poco más y estar más atentos. Entonces tenemos un lapso muy corto para identificar y actuar”, enfatizó por su parte Walter Nemeth, técnico del Ministerio del Agro y la Producción de Misiones.
No hay productos químicos autorizados por SENASA para el control del Mal de la Tela. “Lo que si recomendamos por su efectividad son tareas de saneamiento”, destacó Nemeth.
“Luego de identificar la enfermedad, hay que cortar la rama enferma unos 15 centímetros por debajo del síntoma, y en caso de encontrar plantas completamente enfermas, se hace un rebaje al ras del suelo. Ese material hay que sacar del lote y quemarlo”, indicó.
Las herramientas utilizadas “deben ser desinfectadas con un preparado de alcohol diluido en agua al 70 por ciento”; las ponchadas y camiones, tractores u otro rodado, “con amonio cuaternario” y “también es importante desinfectar la indumentaria que usamos”.
La jornada sobre Mal de la Tela se realizó en la chacra de Yonatan Kühn, con la presencia de 37 productores y disertaciones de los ingenieros agrónomos Mara Schedler, Matías Bazila, Néstor Munaretto, Cristian Infuleski, y Walter Nemeth.
La enfermedad es causada por el hongo Ceratobasidium niltonsouzanum, y tiene efecto en el rendimiento de los cultivos de yerba mate y té. La prevención y detección temprana es la mejor herramienta para combatirla. Por eso se solicita a los productores que cuando detecten lotes que pueden estar afectados, informen a los técnicos del Servicio de Extensión Yerbatero del INYM, del Ministerio del Agro y la Producción, del INTA y del SENASA, solicitando su presencia en las chacras.
Fruto de la yerba mate
La yerba mate es una especie con flores masculinas y femeninas en diferentes plantas (especie diclino dioica) que tiene botánicamente como fruto a nuculanios (drupa pluricarpelar) globosos de 5 a 7 mm de diámetro, que contienen entre cuatro y ocho semillas entre los cuatro pirenos de color amarillo pálido que lo conforman generalmente.
Los frutos básicamente, por su consistencia carnosa, tienen diseminación endozoica por aves y habitualmente se cosechan entre Enero y Abril de cada año para la extracción de semillas, siendo necesarios cerca de 7 kg de estos para la obtención de 1 kg de semillas (un kilo gramo contiene alrededor de 135000 semillas).
Los colores del fruto varían según la madurez, virando del verde en estadios iniciales al violáceo oscuro en el momento de cosecha.
Una característica particular en semillas de yerba mate es que tienen embriogénesis tardía, ya que los embriones se caracterizan por poseer diferentes estados de maduración cuando los frutos están maduros. En términos generales, el porcentaje de germinación de las semillas de yerba mate no supera los 23%.
¿Por qué dejar un remanente de hojas en las plantas después de la cosecha?
Las hojas que quedan sobre la planta luego de la poda de yerba mate, constituyen la protección de los troncos y ramas frente a las distintas adversidades del ambiente, ya sea resguardándola de los rayos directos del sol, evitando así las quemaduras del cuerpo de la planta, como también de las bajas temperaturas invernales, donde las heladas causan daños irreversibles.
Por eso se recomienda dejar un remanente de área foliar de entre 25 y 35% para que la planta se proteja y pueda también reanudar su brotación con más fuerza.
Las sucesivas cosechas con extracción severa de ramas y hojas van debilitando a la planta por lo anteriormente expuesto, y porque además se consumen las reservas que las mismas acumulan en la raíz, no dando la oportunidad de recuperación, lo que trae como consecuencia la caída abrupta de la producción año tras año.