Valeria confiesa que ningún día es igual a otro, si bien cubro casi siempre los mismos espacios: trabajo, familia, personal, amigos, capacitaciones, lo cierto es que no siempre tengo los mismos horarios para cada cosa.
¿Qué cosas no pueden faltar en un día cualquiera?
Siempre comienzo el día invocando a mi divinidad para que todo lo que yo haga sea desde ese espacio. Lo acompaño con una meditación, alguna lectura inspiradora o una oración que me llevan a vibrar alto y organizarme mejor.
Siempre hay un momento para el ejercicio físico, me resulta fundamental porque me ayuda a pensar mejor y por supuesto momentos en familia y el trabajo. Agradecer también es algo que hago a lo largo del día.
Organizar el día
Generalmente los domingos armo mi agenda, como tengo varias tareas -el estudio, los Centros de Acceso a Justicia del Municipio, las cátedras en las universidades, capacitaciones, charlas y la ONG- esto me requiere mucha coordinación. Por eso el domingo, luego de leer SextoSentido, me siento con un rico mate a ordenar todo y así puedo arrancar la semana planificada. Hasta agendo el tiempo para el ejercicio físico y para mis amigos, de esa manera puedo cubrir todos los espacios y disfrutarlos. También dejo un lugar para la “contingencia”, o sea, trato de dejar un par de horas sin agendar algo específico por si se alarga una mediación o surge una urgencia.
En tiempos de pandemia
Este tiempo de estar aislados me permitió mirar hacia adentro, quizás aceleró este proceso de mirar a mi interior, descubrí muchas cosas, aprendí muchísimo y me permitió confiar, ordenar vínculos y crecer en conciencia.
Divertirse es una buena medicina.
Valeria cuenta que siempre trata de equilibrar el mundo de las cosas y el mundo del alma, o sea, estoy un poco en un lugar y un poco en el otro, las cosas del alma me guían son mi brújula y las otras me salen mejor desde ese espacio de contacto interno. A veces esa división no es tan clara, si pudiéramos dividir podría decir que en las cosas del mundo hago ejercicio, me divierto mucho con mi familia, amo mi trabajo, tengo una dieta saludable (sólo me cuesta un poco con el helado). En las del alma: medito, escucho música de alta frecuencia, trato de hacer algún retiro o actividades espirituales y vivir desde allí.
¿Cuál es tu mayor desafío?
Creo que los desafíos van cambiando en la medida que uno va creciendo y madurando, hoy por hoy es vivir desde la confianza, desde la certeza que el Universo y Dios escuchan y conspiran para que las cosas sean. Andar por la vida confiando, aún en medio de la incertidumbre me resulta transformador. Me lleva a un estado de paz y bien.
Su visión del mundo
Creo que el mundo es un lugar maravilloso y que nos está mostrando un mensaje claro que es el de la colaboración, es momento de integrar, de cuidar del otro, de poner el esfuerzo en comprender en lugar de juzgar y de confiar en lugar de tener miedo.