Mi abuelo Emiliano solía decir: “Lo poco y bueno, dos veces bueno” y esto se aplica a esta palabra tan corta, de sólo dos letras, que encierra tantas cosas.
Decir “Sí” es aceptar lo posible, es abrir la puerta a oportunidades impensadas.
Un “Sí” siempre te lleva a algo nuevo, abre caminos, permite aprendizajes y nos hace crecer como personas.
Decir “Sí” implica un acto de valor porque se trata de perder el miedo, es dejar de pensar en lo malo que puede llegar a pasar y cuando nos permitimos eso, las cosas buenas ocurren.
Decir “Sí” es creer en nosotros mismos, es tener la confianza que si en algún punto la situación en la que estamos por haber dado ese “Sí” nos llegara a desagradar, vamos a tener la fuerza para decir “hasta acá” y elegir otro camino.
Es entender que si una oportunidad se presenta a nuestra vida es por algo, si surgió es que podemos con ella, aunque para eso debamos hacer un esfuerzo extra.
Decir “Sí” es también ser tolerantes con nosotros mismos, si algo sale mal, no pasa nada, es sólo un aprendizaje.
Los triunfadores están llenos de fracasos, la diferencia es que aprendieron de ellos, se levantaron y volvieron a decir “Sí”.
Decir “Sí” tiene un efecto multiplicador, porque el primero que decimos da lugar a muchos otros más y cada uno abre un camino distinto donde aparecen oportunidades, conocemos personas nuevas y vivimos momentos impensados.
En la naturaleza todo tiene un equilibrio y nuestra vida es igual, de la misma forma que existe el día y la noche, tenemos el “Sí” y el “No”. Ambos son importantes y necesarios.
El “No” frena todo, cerramos la puerta, no dejamos espacio para nada más, por eso es tan importante tener la mentalidad del “Sí” y dejar el “No” para aquellas cosas que sabemos que nada tienen que ver con nuestro Yo interior, nuestra esencia o nuestros propósitos.
Como expresa Richard Bach en su libro “Ilusiones”: “No vuelvas la espalda a los futuros posibles antes de estar seguro de que no tienen nada que aprender de ellos. Siempre gozarás de libertad para cambiar de idea y elegir otro futuro”.
La vida se llena de momentos, de risas, de aventuras, de riesgos, de triunfos y fracasos, de experiencias, de afectos y a todo esto llegamos si primero damos nuestro “Sí” a vivirlos.