Los brotes verdes también germinan en la arena. El beach vóleibol posadeño sigue en ascenso y, aunque todavía no está habilitada la competencia en la provincia, dio que hablar lejos de casa. Es que Walter Vega (13) y Lucas Bogarín (18), dos integrantes del semillero capitalino, la rompieron toda y se consagraron campeones del Circuito Formativo de Entre Ríos.
Fue el último fin de semana en Federación y los cracks de la tierra colorada ganaron los siete partidos que disputaron. Se trató de la tercera vez que Walter y Lucas participan como dupla, pero fue la primera oportunidad en la que alcanzaron un título. “La dupla va a seguir”, confiaron entre risas ayer a EL DEPORTIVO.
En el caso de Walter, pese a su corta edad, ya son ¡¡nueve años!! junto a la disciplina. “Empecé a los cuatro años con el vóleibol y a los seis con el beach”, subrayó la juvenil promesa, un gigante de aún 1,50 metros de altura al que no lo frena nada. “Lo de la altura puede ser cierto que no ayude, pero no pasa nada. Es algo importante, pero tampoco lo es todo. Yo trato de hacer mi juego, a mi manera”, sonríe. Y lo demuestra con resultados.
Mientras que Vega arrancó en la disciplina gracias a sus padres, Fabián y Sara -experimentados jugadores de Brujos y Brujonas, respectivamente- Lucas tuvo un comienzo un tanto más tardío, aunque enseguida encontró el camino del éxito. “Empecé a jugar al vóleibol a los 14 años, en la escuela, en el barrio Los Kiris”, cuenta el player de 1,76 de altura.
Ambos se conocieron en la Escuela Municipal de beach que funciona en El Brete, a cargo del profe Ale Cardozo, donde entrenan los lunes, miércoles y viernes por la tarde. Y allí surgió la idea de jugar juntos y afrontar el campeonato en tierras entrerrianas.
El certamen en Federación comenzó el sábado y reunió a 22 duplas juveniles de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, además de los misioneros. Y allí, ante los semilleros que más de uno podría considerar como “potencias”, Walter y Lucas se agigantaron y dejaron la bandera de Guacurarí en lo más alto.
“Ganamos los tres partidos de clasificación para entrar al cuadro y después octavos, cuartos, semis y final”, cuenta Lucas con orgullo. Y no fue sencillo. En semis les tocó jugar contra los pupilos de Julián Azaad, integrante de la Selección Argentina y de Cerrito, Entre Ríos. Allí, por cuestiones de tiempo, se jugó a un solo set y los posadeños se impusieron por 21-18. “Estuvo difícil, pero le pusimos garra y logramos el triunfo”, cuentan al unísono.
Ya en el partido por el título, los posadeños tampoco la tuvieron fácil. Ante la dupla entrerriana Cardozo-Felker, cayeron en el primer set por 21-19, pero ganaron el segundo por 22-20 y, en el tie break, debieron sufrir para imponerse por 16-14. Y ahí sí, llegó el momento de festejar el primer título como dupla. “La verdad es que ellos jugaban muy bien, fue un partido muy difícil, de muchos nervios, pero estuvimos concentrados y salió todo como esperábamos”, cuenta Lucas.
Y el triunfo de la dupla en Entre Ríos tiene un valor agregado. Es que para ambos, la cita significó el regreso a la competencia oficial tras casi un año de parate por la pandemia. “Para nosotros, que teníamos días muy activos, siempre en la playa, de un día para el otro estar encerrados fue complicado. Mucha ansiedad”, coincidieron Walter y Lucas, que ahora esperan por la vuelta de la competencia en Misiones.
Para el futuro, Walter y Lucas aseguran que la dupla no se rompe y aguardan por el calendario para conocer el próximo desafío. El destino dirá. Mientras tanto, a seguir juntando los recursos económicos para viajar.
“En mi caso, mientras termino la secundaria, hago algunos laburitos y voy juntando. Por la mañana, a veces paseo perros o le hago el mantenimiento del jardín a un vecino”, cuenta Lucas. Walter, en tanto, agradece el apoyo de sus padres, quienes incluso encabezaron la expedición a Entre Ríos que terminó con éxito.
Luego de esta primera consagración, los dos sueñan con seguir adelante. “Sueño con jugar en la Selección Argentina. En los torneos, los profes me alientan y me dicen que siga para adelante, que tengo futuro”, asegura Walter. Lucas, en tanto, se ilusiona con ser uno de los mejores de la Argentina.
“De solo pensarlo, me llena el alma”, confía Lucas. La dupla coincide en todo, incluso en la expectativa de llegar lejos y dejar su huella en la arena.