La vida muchas veces no es fácil pero dentro nuestro tenemos un arma poderosa, capaz de ayudarnos a revertir lo malo y conseguir lo que queremos. Para mejorar nuestra situación y nuestra realidad necesitamos abrirnos a esta posibilidad y es creer que nuestros pensamientos pueden cambiar nuestra vida.
Cuando pensamos algo, lo sentimos, lo creemos, nuestra realidad se ajusta a eso; somos verdaderos imanes que atraemos a nuestra vida todo aquello que creemos que nos pasará.
Si pensamos en algo específico comenzaremos a atraerlo, por esto es tan importante saber verdaderamente qué es lo que queremos ya que si no lo sabemos ¿Cómo podemos pedirlo?
Se trata de encontrar qué nos hace sentir felices, realizados, en armonía con nuestro yo interior, para eso tenemos que hacernos esta pregunta ¿Qué me hace feliz? Y esa pregunta es para mí, no para mis amistades o familiares, sólo hacia mí.
La respuesta es lo que queremos, lo que de verdad soñamos y es eso lo que debemos pensar en cómo lograrlo, qué podemos hacer con lo que ya tenemos y entre más pensemos más se activa nuestro imán, ya que nuestros pensamientos son imanes y comenzamos a atraer.
Justo aparecerán las manos necesarias, surgirán las oportunidades que tanto deseábamos, lo que parecía imposible se soluciona y todo se da como para que podamos lograr lo que queríamos, pero primero debemos creer que es posible conseguirlo.
Es importante también estar abiertos a la idea de que cualquier cosa que nos pase, incluso lo malo nos llevará a algo mejor.
Muchas veces las cosas no nos salen como esperamos, pero luego terminan siendo lo que necesitábamos para lograr aquello que tanto deseamos.
Nosotros no vemos la totalidad sólo partes y por eso cuando deseamos algo debemos pedirlo, hacer todo lo que esté a nuestro alcance creyendo que es posible lograrlo y luego confiar en el poder supremo. Si las cosas no salen tal cual las planeamos, recordar que sólo vemos una parte de la historia y de seguro esto que parece un revés es lo que nos llevará a algo mejor.
Cuando los momentos difíciles se presentan a veces lo mejor es esperar a que todo se vea más claro, tener fe en nosotros, que cuando sea el momento sabremos qué hacer.
Puede que la idea de que con los pensamientos y creencias atraemos lo bueno o lo malo y que podemos cambiar nuestra realidad nos parezca poco creíble, pero un buen comienzo sería pensar en lo que quiero y no en lo que no quiero con este pequeño cambio, de seguro nuestra vida será mucho mejor.
Todo se construye un paso por vez disfrutando el proceso, haciendo lo que podemos con lo que tenemos, palpitando lo que soñamos y confiando en el poder supremo.
De esta forma los caminos comenzarán a abrirse y aparecerán las oportunidades en forma de “coincidencias”. El otro día escuché en una película una frase que me encantó: “Las coincidencias son la manera que tiene Dios para permanecer en el anonimato”. Y es que nada es casualidad, las cosas pasan por un motivo aunque al principio no podamos ver cuál es.
No se trata sólo de pensar y querer algo sino de creer que podemos lograrlo, convencernos que es posible, como lo expresa Neville Goddard: “No atraes lo que quieres, atraes lo que crees”.
Creer que podemos es darnos el permiso para alcanzar nuestros sueños.