El COVID-19 provocó un impacto negativo sobre algunos elementos arquitectónicos y el patrimonio cultural de Misiones, entre ellos el viejo edificio de la exterminal de ómnibus de Eldorado, símbolo de la “desidia”, según alertaron los expertos.
“Fue una oportunidad única de tener los bienes sin la visita de turistas, para hacer un trabajo de restauro, de preparar los bienes para los futuros visitantes, pero no la aprovecharon. Lo peor que se puede hacer con un bien arquitectónico es dejarlo deshabitado y lo mismo que pasó con el Savoy ocurre ahora con ese edificio”, dijo a PRIMERA EDICIÓN la experta Graciela Kuna, arquitecta, doctora en Artes Visuales y directora del proyecto Movimiento Moderno en Misiones (MMM) desarrollado en el marco del proyecto de investigación Patrimonio, turismo y educación.
“Tengo fotografías de la época que no había nada alrededor de la terminal de ómnibus de Eldorado y que esa obra -en definitiva- fue la que ayudó al desarrollo de esa localidad. Todo lo que está en el entorno prosperó gracias a que estaba el edificio; entonces hay que darle el lugar que se merece. Además, como valor agregado está que fue obra del reconocido arquitecto Carlos Alberto “Tito” Morales, y en vez de hacerle un homenaje echan al olvido la obra. Tanto la dejan así que un día nos vamos a encontrar con que está todo destruido”, lamentó Kuna.
La investigadora integra diversos equipos cuya tarea ha servido para la Protección del Patrimonio Cultural y que en tiempos de pandemia entrelaza los efectos del COVID-19 y sus consecuencias en los bienes patrimoniales.
“Después que con mucho esfuerzo y trabajo con los grupos que preservan el edificio histórico de la exterminal de ómnibus de Eldorado para concientizar y hacer charlas hasta que se logra declararlo bien patrimonial, ahora se destruye”, cuestionó.
En ese sentido, la mujer hizo la aclaración que cuando se hicieron virales fotos del estado interior del edificio, divulgadas a través de redes sociales, el intendente de la Capital del Trabajo, Fabio Martínez, dispuso que personal de la Municipalidad de Eldorado comience a realizar los trabajos para el acondicionamiento y evitar las críticas.
Sin embargo, se pide que no sólo se proceda a “una lavada de cara” al edificio sino a su restauro especializado. “La exterminal de ómnibus es el lugar perfecto para hacer actividades culturales por la ubicación en que quedó. Yo siento que está muy dormida la cosa, que la pandemia nos durmió y vemos que el escaso mantenimiento de las instalaciones del antiguo Hotel Savoy también se verifica en los restos jesuitas y en Eldorado”.
“Cuando una ve que esas actitudes se multiplican, entiende que es generalizada esta sintonía de desentenderse de los bienes”, sostuvo con preocupación.