Adaptarse a ello no significa resignarse a la situación del momento sino reconocerlo para elaborar el plan de salida con la fuerza de voluntad, fe y esperanza que transformará tu vida.
Toda experiencia deja una huella ¿de qué forma interpretas de crecimiento o fracaso?
Para desarrollar una adaptabilidad al cambio hay que considerar las tensiones como parte normal del proceso. La disposición que tienes es fundamental para conectar con una mirada diferente y no estar viendo las grietas como algo malo sino para renacer.
Las adversidades en nuestra vida nos pueden ayudar a tomar impulso y accionar para alcanzar nuestras metas, si lo ves de manera más funcional.
Aprender a convivir con las situaciones es mejor que reaccionar mal, sería como querer controlar una tormenta. En estos momentos seamos conscientes que hay cosas que no se pueden controlar, pero sí poner voluntad y desear nuestro bienestar, y pensar que vas a salir hacia adelante.
La responsabilidad de las emociones que se sienten no son para juzgarnos, es también validar y reconocer lo que vive en tu interior.
Te invito a la aceptación de tus experiencias no tan buenas, pero no quedarte con ellas; anímate a mimarte, valorarte y recordar que eres una persona maravillosa viviendo una experiencia de crecimiento.