Es sentirte como un impostor cuando realmente no lo eres. Influyen mucho en su aparición y desarrollo la personalidad, los antecedentes y las circunstancias de cada persona. Aunque es algo real y que debilita a la persona, es posible que quien lo padezca ni siquiera sea consciente de que le está pasando.
Para los perfeccionistas, el éxito no les satisface: siempre lo podrían haber hecho mejor. Y esto acaba generando estrés laboral, por agotamiento. Evita los síntomas de este comportamiento tan poco saludable encontrando la satisfacción en los logros y cultivando la confianza en ti mismo.
¿Has cometido un error? Calma. Los errores son parte natural del proceso. Y acepta que nada podrá ser 100 % perfecto, así que comienza ya aquello que llevas meses planificando: esfuérzate por actuar antes de estar listo.
Contesta sinceramente a las preguntas siguientes. Si alguna de tus respuestas es un “sí”, ojo porque puedes que lo tengas encima:
•¿En lugar de aceptar un cumplido te escudas en excusas?
• ¿Sientes que no mereces tus éxitos, que todo es falso y que estás engañando?
• ¿Piensas que eres un impostor o un fraude y eso te impide iniciar tu proyecto o mejorarlo?
Fíjate, que en realidad no hace falta ser una persona “exitosa” para que aparezca (aunque dicen que son las que más lo sufren).
¿Cómo superar todo esto? Tienes que verte a ti mismo como un proyecto en progreso. Por ejemplo, si quieres destacar más en tu departamento pero no se te dan bien las reuniones, es mejor perfeccionar tus habilidades comunicativas que decidir dejar de hablar en las reuniones de equipo porque “en eso no soy bueno”. Identifica comportamientos o habilidades a mejorar en el tiempo y ve por ellos.
Cómo luchar contra el síndrome del impostor: “llamadas a la acción”. Acepta que tienes algo que ver en tus logros. Céntrate en proporcionar valor.
Deja de compararte con otras personas.
Dilo en voz alta: “Es el síndrome del impostor”. Cometer un error no te hace un farsante. La autenticidad es un engaño. Date cuenta de que nadie sabe lo que está haciendo al 100%.
El síndrome del impostor puede ser incluso una especie de “regalo” si lo utilizas para crear un estilo de vida más útil y que te sirva para alejarte de los síntomas del estrés en el trabajo. Recuerda que no te pasa sólo a ti: hay estudios que indican que aproximadamente un 70 % de las personas exitosas sufren el síndrome.