Vivir una aventura en familia es el sueño de muchos. Y Kevin Bojanich, su esposa Narela Melo y su hijo Thiago de cuatro años lo cumplieron. Los tres encararon un viaje que duró ocho días; que incluyó bicicletas, mucho pedaleo, una carpa, todos los elementos para un camping y las ganas de tener contacto con la naturaleza.
Durante el recorrido afrontaron el calor, el viento en contra, la niebla y la humedad, pero nada los frenó para cumplir sus objetivos.
La joven pareja y su pequeño hijo viajaron desde Buenos Aires hasta Garupá, su ciudad natal. Si bien la idea de realizar este viaje de ocio ya la evaluaban desde hace un tiempo y tenían como opción recorrer la zona sur del país, el estar alejados de sus familias por varios meses les hizo volcarse por la tierra colorada.
“La idea surgió hace un año y medio. No somos ciclistas, pero teníamos ganas de hacer algo diferente, algo que nos quede como experiencia”, relató Kevin a PRIMERA EDICIÓN. Agregó que “veíamos a través de las redes sociales que muchos chicos se dedicaban a viajar y a mostrar lindos lugares -simplemente- con una bicicleta y eso es básicamente lo que quisimos hacer”.
A su vez, Narela sostuvo que “la idea era experimentar y ver los diferentes paisajes que tenemos en Argentina en vivo y en directo. Quisimos vivirlo, que nadie nos cuente”.
“El viaje no lo hicimos por necesidad sino que fue por una experiencia de vida. Lo vamos a guardar y atesorar en nuestros corazones por siempre, además pudimos vivir esta aventura junto a nuestro hijo y eso fue lo más lindo”, señaló la joven madre; y añadió que “vivimos ocho amaneceres en lugares distintos. Queremos disfrutar de la vida y de los lugares hermosos que tenemos en el país”. Agregó que “Dios nos guardó en todo el camino y nos cuidó de todos los peligros de la ruta. Fue un pleno disfrute en todo el viaje”.
A su vez, Kevin quien forma parte de la Prefectura Naval Argentina y está de vacaciones, dijo que “viajar en bicicleta es único porque uno se puede conectar con la naturaleza y apreciar los distintos lugares”.
Consideró que “a pesar de la situación general del país con el tema del COVID-19 es una experiencia muy linda y no tuvimos inconvenientes. Quizás a veces nos sentimos rechazados por algunas personas porque tenían miedo por el contagio”. Ambos reconocieron que con la pandemia la bicicleta se transformó en un medio de transporte esencial. “Cuando llegamos a casa fue muy gratificante estar con nuestras familias”, aseguró Narela.
Para llegar desde Buenos Aires hasta Garupá los jóvenes acondicionaron un par de bicicletas. “Había un chico en Buenos Aires que hacía cicloturismo y que tenía experiencia en cómo armar las bicicletas y nos ayudó. Nos dedicamos un año para organizarnos porque tuvimos que comprar varias cosas, como por ejemplo el trailer para llevar al nene y los elementos de cocina”, detalló Kevin. Además, armaron sus alforjas mirando videos.
En cuanto a las paradas, relató que “a veces algunos aceptaban que te quedes y otros te rechazaban por el miedo a contagiarse. Descansamos bajo un puente, en una estación de servicio, una familia nos brindó un lugar en La Cruz, Corrientes; y la familia de un amigo nos recibió en Santo Tomé”.
Un festejo en la ruta
El pequeño Thiago cumplió años el pasado 9; por lo cual celebró su cumpleaños en la ruta junto a sus padres. “Lo pasamos en Federación, Entre Ríos, en una estación de servicio”, mencionó Kevin.
Agregó que “disfrutamos de unas comidas que compramos y tomamos gaseosas. Él estaba muy contento ese día”.
Comentó que “a mi nene le gustó mucho el viaje. Además le encanta el contacto con la naturaleza y ver animales, y eso lo pudo disfrutar”.
Viaje
La joven pareja y su hijos salieron desde Tigre (Buenos Aires) el pasado 5 y llegaron el 13 de este mes a Garupá.
La vuelta
El retorno a Buenos Aires será en colectivo. “Kevin se tiene que presentar en su trabajo el 7 porque ya termina sus vacaciones”, sostuvo Narela.
Pedaleo
Cada día el recorrido arrancaba a las 6 de la mañana y se extendía hasta las 18. “Nos dábamos descansos en el viaje”, dijo Kevin.