A poco más de una semana de que las estaciones de servicio implementaran una suba cercana al 3%, los combustibles volverían a aumentar en las próximas horas.
Ocurre que este viernes comienza a regir un incremento tributario establecido por el Gobierno a partir de cambios en los combustibles líquidos (ICL) y el dióxido de carbono (IDC). La decisión oficial de elevar estos impuestos, en un intento por añadirle velocidad a la recaudación, redundaría en otro salto en los surtidores.
En esta suba que en el ámbito de las naftas ya se presume ineludible, reconocen los expendedores, la injerencia de las petroleras es totalmente nula. El cambio surge del Ministerio de Economía, pero pegará de lleno en los costos de las refinadoras. En concreto, el cambio comprende un pago de impuestos con alza del 7,7%.
Fuentes del sector consultadas por iProfesional anticiparon que, trasladado parte de ese porcentaje al público, los combustibles podrían subir entre 1 y 1,5 pesos por litro.
“Es un ajuste en los impuestos”
De esa forma, el precio de referencia de nafta súper en la Ciudad de Buenos Aires pasará a costar más de 70 pesos, mientras que la opción de nafta premium más barata se ubicará en su valor referencial más allá de los $81. Las alternativas en diesel, en tanto, partirían de los 66 y 77 pesos, respectivamente.
Desde una de las principales compañías del rubro indicaron a este medio, otra vez, que la “actualización” de los valores depende de la decisión de Economía.
Desde la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) -que integra a los empresarios del expendio- su gerente, Guillermo Lego, dijo que la modificación en los precios llegará por el cambio en la ecuación de las petroleras que generará la modificación en la carga impositiva.
“El 15 es la fecha tope puesta por el Gobierno para hacer el ajuste en los impuestos. El incremento se promovería mediante un decreto y luego será informado a las empresas por la Secretaría de Energía. Luego las petroleras verán cómo resuelven el golpe. Lamentablemente, esto suena a una suba que el Estado impulsa por necesidad”, dijo a iProfesional.
“Hará resentir la demanda”
“Hay que ver cómo repercute en las estaciones de servicio de cada compañía. Pero, aunque las petroleras absorban la mayoría del impuesto, al menos una suba de 1 peso, tal vez 1,5, tomará forma en los surtidores. Si bien las empresas siguen estando varios puntos por debajo del margen de equilibrio, lo cierto es que otro incremento tan cercano al anterior hará resentir una demanda que de por sí ya es baja”, añadió.
Según Lego, la venta de combustibles sigue cuanto menos un 30% por debajo de los números de la etapa prepandemia.
“Más allá de la necesidad del Gobierno, aplicar más subas en este contexto económico no necesariamente les garantiza una mejora a las petroleras”, expresó.
Hoy por hoy, y a excepción de las estaciones de servicio establecidas en zonas con tránsito de turistas como la Costa, Córdoba o la zona cordillerana de la Patagonia, el resto de los comercializadores sigue operando a pérdida, referenció.
El sector ya viene de implementar un incremento en este primer mes de 2021. La semana pasada, Raizen (Shell), Axion e YPF –en este último caso, de un 2,9%– aplicaron subas en los surtidores para compensar el mayor precio que el Gobierno autorizó para los biocombustibles.
Surtidores en zona de riesgo
Por efecto de la recesión dominante, cada nuevo incremento aplicado a los precios de las naftas enciende luces rojas en el tablero económico de las estaciones de servicio.
Hoy el sector de la comercialización opera a pérdida y cada aumento es un empujón más al precipicio del cierre definitivo.
Un informe reciente de CECHA expuso que las distintas complicaciones que enfrentan los puntos de expendio mantienen en peligro de cierre definitivo a más de la mitad de los puntos de comercialización de combustibles.
El trabajo en cuestión reveló que tres de cada cinco estaciones de servicio corre el riesgo de cerrar definitivo, mientras que el 85% de los sitios de venta no podrá sostenerse en el mediano plazo si la situación -en términos de demanda- no mejora.
“A ese cuadro se suma que las estaciones fueron excluidas a partir de noviembre del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción”, se indica.
Según pudo indagar iProfesional, sólo entre los asociados a la confederación existen alrededor de 3.300 estaciones de servicio al borde de la quiebra. De ocurrir, esto redundará en la pérdida de al menos 40.000 puestos de trabajo.
Fuente: iprofesional.com