Celeste y blanca es la bandera de la patria mía,
celeste como el cielo al medio día
y de pura luz blanca es su franja central
que surge de la fuente como agua de manantial,
en cuyo centro el Sol, su faz refleja
la luz iridiscente de inigualable belleza,
dando vida a donde sus rayos posa,
abriendo mentes como a pétalos de rosa.
Cuando el soplo del Espíritu ondea nuestro pabellón
lo convierte en simbólica e idílica visión
que inconscientemente entra a nuestro corazón
cambiando el ADN, pues es esa su misión,
de recordar al pueblo su ínclita Unión.
Y como nada es casualidad,
las almas que vinieron a derrocar la maldad,
en este bendito suelo eligieron nacer
para con sus ojos ver el nuevo amanecer
que les recuerda el Sol de su bandera,
diciéndoles: son el punta pie inicial de la nueva Era.
Como en 1810 no verá las armas esta revolución,
sólo se abrirán las mentes y hablará cada corazón
revelando la verdad que en ellos se alojaba
trayendo el milagro de amor como marejada
que en el hombre nuevo hará su morada.
Muchas son las predicciones que ponen a este bendito lugar como eje de la magia que va a acontecer en nuestra Madre Tierra, desde la Biblia que anuncia que del sur del gran triángulo surgirá la luz hasta Solari Parravichini que predice que la Argentina será faro de luz.
¿Y cuál será esta luz? Sin dudar podemos asegurar que son los pensamientos y sentimiento, esa energía electromagnética que es nuestra esencia, que es inteligente, es todo información y como tal se acumula en el ADN que es el que hoy se está reconfigurando.
Desconozco la conjunción de factores del por qué de la elección del lugar geográfico por parte de las huestes angélicas, pero las almas que hoy pueblan este lugar, en un gran número, somos las mismas que venimos haciendo lo mismo, encarnación tras encarnación en todos los rincones del planeta en que elegimos estar, con distintos colores de piel y sexo, olvidando Quienes Somos en cada renacer y nuestro accionar consiste en despertar primero nosotros para poder luego despertar a los otros desmantelando el sistema de creencias.