El conocimiento purifica todo lo que es, nos inspira, eleva, nos aparta de la ignorancia y los espejismos, nos ayuda a despertar y generar conciencia, y así como por resonancia, todo a nuestro alrededor se va magnetizando. Es el motor del inicio porque cuando digo conocimiento no me refiero solamente al conocimiento externo o intelectual sino a todo aquello que nos incita a crecer, evolucionar, ser mejores, cambiar.
Gracias a la inspiración del conocimiento podemos conectar con la sabiduría tanto externa como interna. Cuando ya estamos cansados de tanto caminar y recorrer en lo externo, el conocimiento deviene en autoconocimiento y entonces volvemos la mirada al punto inicial. Nosotros, el inicio, el punto de partida. Sólo entonces descubrimos que todo está dentro, para eso es necesario hacer un alto y mirar nuestro interior.
¡Somos la creación perfecta de la naturaleza y dentro de cada uno de nosotros está el milagro y la secuencia de la creación universal!
El conocimiento nos vuelve seres libres e independientes y con esto no quiero decir que cortemos lazos, quiero decir que habiéndonos descubierto y comenzado nuestro camino de autoconocimiento, este nos llevará cada vez más y más profundo hasta desatar los lazos que nos condicionan, ya que hemos ido cultivando a través de la autobservación la capacidad de conocer y reconocer, tanto la calidad de nuestros actos como la identificación de nuestros ritmos.
De la misma forma que reconocemos los ciclos de la naturaleza, podremos reconocer con el tiempo de observación nuestros propios ciclos de crecimiento, de expansión y contracción, de avance y retroceso.
Hay un momento en el cual nos vamos desprendiendo de la multitud para focalizar en nuestro propio programa evolutivo, que se halla dentro. Sólo cada uno puede descubrir su tiempo y su momento. Es un trabajo personal. Para eso tendremos que atravesar nuestros guardianes del umbral, nuestros dragones escondidos y luego recién podremos confiar más en nosotros mismos que en los demás.
Esto nos habla más acerca del camino que de la cronología de los actos y el camino es diferente para cada uno de nosotros.No temas, enfrenta tus demonios ellos mismos te llevarán a las puertas de tu cielo.