Como pocas cosas en la historia de la humanidad, la pandemia del coronavirus nos puso a todos entre la espada y la pared durante el año que concluye en pocas horas. Todo, absolutamente todo desde marzo en adelante, estuvo condicionado por una crisis sanitaria que concebíamos únicamente en películas apocalípticas.
De pronto, casi sin sospecharlo, el problema estuvo entre nosotros. Todo se puso de cabeza y hubo que adaptarse a los nuevos tiempos, a las nuevas formas y, más que nada, aprender sobre la marcha.
Todo se resintió, desde lo más simple como construir, hasta lo más complejo como educar. En el medio, la economía de un país que ya estaba grave, terminó por hacerse trizas y con ello las chances y las ilusiones de millones de familias argentinas que cayeron en la pobreza.
Remontar esta crisis y salir adelante no será fácil y requerirá de más esfuerzos colectivos. Pero en definitiva no es nada que no conozcamos, porque de eso estamos hechos los argentinos, de sacrificios, trabajo y solidaridad. Sólo así puede explicarse que sigamos andando tras las sucesivas crisis que nos tocaron.
Que sea un mejor año entonces, que se nos allane el camino y se nos presenten las oportunidades que esperamos. Que sea un feliz y próspero 2021 estimado lector. De nuestra parte, el firme compromiso de seguir informando con la veracidad y el criterio de siempre.