• Fue el papa Julio I quien escogió, hace alrededor de 1.600 años, el día 25 de diciembre para celebrar el nacimiento de Cristo.
• También durante diciembre los judíos celebraban la Fiesta de las Luces, y los teutones y escandinavos el solsticio de invierno. En el siglo X, la religión mazdea de Persia rendía homenaje al “natalicio del invicto sol” y a la diosa Mitra, que cumplía años el día 25.
• Noruega fue el último de los países europeos en empezar a celebrar la Navidad. La fiesta fue introducida por el rey Haakon “el Bueno”.
• En los países centroamericanos, el homenaje a la Navidad empieza el 16 de diciembre con las “posadas”: grupos de cantores recorren aldeas y ciudades remedando los esfuerzos de los progenitores de Jesús por hallar albergue en Belén. Cantan esta letanía: “Por favor, dénnos albergue, mi esposa está cansada y ya no puede andar más”. Desde los balcones se les responde: “iMarchaos! Podéis ser ladrones. no, nos podemos confiar”.
• La costumbre norteamericana de adornar las casas con siemprevivas y guirnaldas de acebo proviene de los antiguos sajones: el muérdago ha sido heredado de los celtas.
• Las procesiones navideñas de Querétaro y Celaya, en México, se caracterizan por sus desfiles de carrozas y representando escenas bíblicas: la historia de Adán y Eva, Moisés dividiendo las aguas del Mar Rojo, la Anunciación…
• Fue en Alemania en el siglo XVI donde se aderezó el árbol de Navidad tal como se lo conoce hoy. Luego soldados alemanes que pelearon en la Guerra de Secesión lo introdujeron en los Estados Unidos. Aún así, Virgilio cuenta en “Las geórgicas” que los romanos ya colgaban máscaras de Baco en los pinos, como forma de augurar fertilidad.