
En plena cuarentena, el cocinero Ramiro Solís y su familia idearon: “chipeando ando”.
Se trata de un emprendimiento donde “todos hacemos todo, con ese concepto trabajamos; mis hijos son el delivery, llevan los pedidos en bicicleta y mi señora, Natalia me ayuda a preparar las chipas. Además, sigo con mis trabajos como cocinero”, contó Ramiro Solís a PRIMERA EDICIÓN.
Oriundo de Apóstoles, Solís dejó la provincia al finalizar el colegio. “Me mudé a Corrientes para estudiar abogacía pero no me gustó la carrera. Es que siempre estuve ligado a la gastronomía, me gusta cocinar”. Entonces, viajó a Buenos Aires donde estudió gastronomía y “me quedé a vivir acá”.
Actualmente reside en la Ciudad de Buenos Aires y hace 11 años divulga la cocina del Litoral Argentino y la influencia de los pueblos originarios en nuestros platos: “La cocina Mbya más que nada”. Y aclaró: “Mi idea no es tocar los platos originarios, lo que hago es un estilo de comida callejera con los productos que entran de Misiones a Buenos Aires”.
Según el chef, en Buenos Aires “hay un público que elige la chipa y actualmente es un producto que está de moda. Es el alimento que más se vendió durante la pandemia”.
Por otro lado, aclaró que el proyecto comenzó a gestarse hace tres años “lo venía pensando hace tiempo. Pero fue en pleno aislamiento, cuando se decretó la cuarentena tuve el tiempo suficiente para darle forma”, aclaró Solís.
Finalmente, este gran equipo comenzó a elaborar versiones de autor del tradicional alimento, con queso y harina premium y un estilo gourmet único.
Chipas de alto vuelo
La familia Solís está integrada por Ramiro y su esposa, Natalia y sus tres hijos: Franco, Lucas y Dante.
“Trabajamos desde la casa, que se convirtió en un pequeño centro de producción. Allí, Franco ralla el queso de manera manual y con Natalia hacemos las masas, todo bajo un sistema manual, no usamos maquinarias”, expresó el cocinero misionero.
El menú es muy amplio. Pero, entre los más buscados encontramos a la chipa tradicional con quesos de Los Toldos. “Es una localidad donde se encuentra una colonia alemana que hacen muy buenos quesos. Utilizo un queso gouda y un sardo. Además, incorporamos huevos orgánicos. Mientas que la fécula de mandioca la traemos de Capioví, un poco de sal, pimienta y harina de maíz amarilla de origen paraguaya”.
Una de las novedades es el panchipa, alargado y relleno de salchicha alemana.
Solís agregó a la lista de creaciones la chipa de hongos “que son chipas rellenas con ragú de hongos, cebolla, peras, entre otros ingredientes. Entonces voy por la rama de que la chipa la puede consumir alguien que es celíaco”.
Y una versión de la chipa so’o, que trae en su interior osobuco braseado.
“Para su elaboración se forman bollos del tamaño de una galleta grande y se los ahueca con el pulgar, para de ese modo introducir el relleno de carne, por lo que en su forma final adquiere la forma de una torta de aproximadamente 7 centímetros de diámetro. Y en nuestra visión de recrear la ChipaSo’o la hicimos de osobuco braseado”, detalló el destacado cocinero.
Y por último, una versión vegana con rawmesan. “Lo hago con un 90 por ciento de harina de mandioca y con un 10 por ciento de harina de maíz para darle un gustito más rústico y auténtico”.
Con respecto a las ventas, el emprendimiento abarca “pequeñas cafeterías que no tienen grandes cocinas. Después, nuestros productos los entregamos a domicilio por todo Capital Federal y con 24 horas de anticipación se deben realizar los pedidos”. Además, en las redes sociales, principalmente Facebook e Instagram se pueden ver los productos de la familia Solís.