Sus chipas han revolucionado las redes sociales y pronto amplió el menú: “Ahora vendo sopa paraguaya y asado argentino, también ñoquis y lo que me pidan lo hago. Todo con tal de juntar dinero suficiente para la producción de mi película”, dijo Maximiliano Barrientos, el cineasta y escritor misionero que quedó varado en París (Francia) debido a la pandemia.
Su historia, publicada por primera vez en PRIMERA EDICIÓN, trascendió fronteras y llegó a distintos puntos del mundo. Tal fue la repercusión que en las últimas horas Maxi recibió un WhatsApp que le podría cambiar la vida: distintos artistas, productores, músicos, escritores y trabajadores de diferentes rubros decidieron unirse y donarle dinero para financiar la producción de su película.
“Ahora con el apoyo de franceses, argentinos y paraguayos en París se suman más países y corazones a la causa del chipero misionero: desde España, México, Reino Unido y Noruega están reuniendo fondos para asistirme junto con Estados Unidos”, expresó con felicidad.
Pero no sólo eso, Maximiliano contó además que “unieron fuerzas para reclutar a un equipo de rodaje voluntario y así poder ayudarme a crear una película documental, no será fácil rodar con poco presupuesto y en una pandemia, aclaro que debo dirigir como nunca antes lo he hecho ya que es mi última oportunidad para recuperar mi vida”, manifestó el joven.
Luchar por los sueños
Las ventas de chipas comenzaron una tarde en la Torre Eiffel, Maxi estaba desesperado. Días antes vendió su equipo de filmación y cuando objeto de valor tenía para poder sostenerse en Europa, la pandemia le arrebató todo menos su sueño de cineasta. Entonces, con las últimas monedas compró los ingredientes, preparó las chipas y salió a las calles de París.
Con el paso del tiempo, “llegué a conocer más gente en París y cada cliente se convirtió en mi amigo. Los franceses, argentinos y paraguayos sienten mucha empatía por el chipero, cineasta y escritor, ellos ahora desean que yo regrese a mi mundo: el cine, así que ahora los clientes del chipero parisino unieron fuerzas para darme una mano”.
Entonces, comenzó la campaña de donaciones organizada por artistas de todo el mundo: “Las personas pueden colaborar desde diferentes partes, la plataforma se llama Gofoundme, allí está la campaña titulada ‘El chipero de París’, donde encontrarán la historia completa del chipero misionero y comunicarse conmigo”, dijo Maxi.
Difícil situación
Para Maxi el jueves 5 de noviembre fue un día gris: venció su visa de turista en el Espacio Schengen (área de libre tránsito dentro de la Unión Europea) y pasó a la ilegalidad.
Sin embargo, actualmente cuenta con el asesoramiento de la abogada Caroline Baza, especialista en Derecho Comercial en París, “quien tuvo la gentileza de ofrecerme ayuda y ser ‘la abogada del chipero’. En pocas palabras, el ‘chipero de París’ se siente protegido porque Caroline me abrió las puertas de su despacho para escuchar mi historia y ayudarme a salir de esta penosa y frustrante situación”.
Juntos buscan solucionar la situación legal de Maxi y “llegamos a la conclusión de que sólo había un camino por recorrer: filmar una película en París que pueda competir y ganar un premio o ser capaz de superar los altos estándares fílmicos de Europa, esta difícil tarea no puedo hacerlo solo, necesito de un equipo profesional”.
Por esta razón se sumó a la causa “la cineasta Magali Baza, una joven argentina, Fabien Giacomini, guionista y documentalista, Andréi Iordache y Mirna Contrera. Estas personas son ahora mi esperanza y quienes desean hacer cine con tal de ayudar al chipero de París son el principio de esta historia, aún nos falta reclutar a 65 integrantes de una lista que conforman un equipo de rodaje para hacer la película del chipero de París”.