Claudia Carolina Peña es una joven que siempre amó, cuidó y respetó a los animales. Ella tiene 25 años, es agente del Servicio Penitenciario Provincial III Eldorado y desde el jueves 26 de noviembre es “guía de canes de seguridad penitenciaria”, convirtiéndose en la primera mujer de Eldorado en culminar dicha capacitación y en plena pandemia.
Llegó al curso de operaciones especiales junto a su compañera Frida, un pastor alemán a la que definió como: “Obediente y buena compañera que me acompaña a todos lados. Ella aprende muy rápido todo lo que le vas enseñando. Y tiene mucho coraje, descendió 40 metros de altura conmigo”.
La capacitación, que tuvo una duración de diez días, implicó múltiples desafíos de destreza y valor: desde descensos a prácticas de tiro y tanto la agente como su can lograron superar cada uno de los retos, ganándose el cariño y admiración de sus colegas.
Como única mujer que terminó la capacitación, Claudia manifestó: “Implica equidad con los demás camaradas, venciendo mitos sobre géneros. El éxito es la aventura de lo vivido y lo aprendido”.
Ahora, con el título en mano ya planifica su próxima meta: “Deseo convertirme en instructora, eso obviamente se concretará con esfuerzo, sé que lo lograré”.
Comprender e interpretar
Lo que comúnmente se conoce como “conexión” con los animales en el curso de capacitación que realiza un guía de canes se denomina “capacidad de interpretar, comprender y operar con el perro. Es decir, el perro ya sabe lo q tiene hacer, es el guía quien lo hará transitar a través del adiestramiento hacia un buen fin, siendo el perro un compañero más de trabajo”, detalló Peña.
La joven expresó que siente un amor infinito hacia los animales desde siempre y agregó “respetamos la naturaleza del animal y lo vemos como un integrante más de la fuerza, jamás maltratarlo ni física ni emocionalmente”.
Con respecto a las anécdotas que vivió durante su entrenamiento, relató “Frida estuvo en todo momento conmigo. El día de práctica de tiros con canes, ella a pesar de no estar acostumbrada al ruido de los disparos de armas de fuego seguía ahí, es por el vínculo que tiene conmigo”.
Para Claudia, Frida es una perra “muy juguetona, siente mucho cariño por los niños y es muy curiosa”.
Como guía de canes y futura instructora manifestó: “Me interesa la conexión que existe entre el can y el guía, no cualquiera puede ser un adiestrador de canes ya que debe haber un vínculo inmutable que nos acompañará a lo largo de la vida. Un instructor más que nada debe tener humildad, respeto, compromiso y lealtad con su perro. Hablar el mismo idioma, ‘comunicarse’. El guía transmite la energía a su perro y sólo si el guía está feliz el perro lo estará, porque no es un trabajo sencillo debemos adiestrar al perro a su ritmo y de acuerdo a su capacidad. No buscar humanizar al perro sino lograr que desarrolle al máximo su capacidad genética, acorde a su raza”.
Requisitos especiales
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el Alcaide Mayor José Cáceres, Director del Complejo Penitenciario III Eldorado manifestó: “La agente Peña cumplió con todo el entrenamiento y soportó toda la instrucción: marcha forzada, caminar 18 kilómetros con el perro en el hombro. Y aprendió sobre las destrezas de comprender e interpretar al perro. Además, realizó rastreo y búsqueda con el can. Es decir, el guía de canes debe tener una condición especial para serlo, hay que reunir requisitos especiales y la agente Peña demostró tenerlos”.
Cáceres recalcó que “el trabajo con los canes es de suma importancia, a nivel mundial se está trabajando con ellos, en materia de prevención, contención e intervención y operaciones penitenciarias”.