Cuando mi papá vivía decía: “No hay que ir a los médicos por que siempre quieren encontrar algo, te prohíben comer todo lo rico y no saben nada”, jaja entre otras cosas.
Pero tuvo 5 hijas, dos somos médicas, tuvo mucho amor del resto de la familia que siempre lo cuidó, pero él se portaba ¡muuuy mal! Así que sí o sí escuchamos muchas veces las quejas por todo lo que no debía hacer como diabético, pero debo decir que lo hacía igual, con o sin permiso.
Era un hombre acostumbrado al “buen comer”, diría él y no a “comidas de enfermo” si no se comía un buen asado el domingo y un buen plato de ñoquis con estofado estaba muy grave la situación, así crecí disfrutando de encuentros familiares donde pensar qué se comía era lo primordial.
Ese concepto del buen comer, un poco ayudado por mi mamá que cocina riquísimo de todo fue para mí gozar de milanesas, asados, papas fritas, pastas y tantas otras cosas, ¡todas me gustan!. Pero luego empecé a tener más conocimientos y fui alternando, en la facultad fue poco y nada lo que aprendí sobre cómo prevenir enfermedades, aprendí a detectarlas y tratarlas.
Luego tuve la suerte de conocer a un médico, el doctor Sotelo con quien aprendí otra visión y conocí los principios de la prevención, con lo simple y sencillo del diario vivir.
En el sanatorio Adventista de Alem me enamoré de la prevención en salud y luego en Entre Ríos realicé mi especialidad en Clínica Médica donde trabajé en Vida Sana, de todos lados iba la gente a aprender cómo cuidarse.
Con la Doctora, Vilma Domingo, mi gran mentora de mi tesis en la Sociedad Argentina de Nutrición y Diabetes, fue en enfocarme en uno de los tantos diabéticos que conocí, pero sin lugar a dudas el que más significó en mi vida, que fue mi padre, al que todavía recuerdo cuando me tocan esos pacientes que no “nos quieren”, hice un trabajo sobre las harinas y la papa.
Hoy recordando a mi papá que amaba los ñoquis hechos por mi mamá, como todos los que tenemos la suerte de probarlos, les quiero comentar algo vital que a más de uno ayudará a seguir disfrutando un manjar no prohibido.
Las harinas y la papa eran un “no” durante mucho tiempo hasta que se comprobó que la papa puede ser ingerida por diabéticos si se hace una doble cocción, se hierven las papas o mandiocas, se las deja enfriar, luego se las vuelve a cocinar, dejar enfriar y recién ahí hacer el puré que si realizo ñoquis con otras harinas como de arroz son más saludables que todo con harina de trigo y puedo acompañar con una salsa rica de verduras, en vez de estofado de carne de vaca o pollo y que este gusto me lo puedo dar con gran alegría y sin culpa.
Todos los almidones puedo cocinarlos dos veces y así disminuir el valor glucémico. Siempre, la mejor combinación son las verduras para la salsa y no con carnes. Carne con verduras, pastas o almidones con verduras.
Por eso disfruten ante todo de la buena compañía, ya sean ustedes mismos o alguien más y disfruten de unos sabrosos ñoquis con salsa de verduras, dando gracias por las pequeñas cosas, luego salgan y disfruten de una pequeña recreación al aire libre, que el índice glucémico estará súper y las endorfinas en aumento.