El viernes 13 de noviembre Alexandra subió a la pasarela de “Cataratas Day” emocionada por haber llegado a la final de la Ruta del Diseño Misionero, en los jardines del Hotel Gran Meliá en Iguazú. Estaba algo asustada: “El miedo siempre está pero sabía que di todo de mí”.
Se paró frente al jurado, respiró profundo y miró al cielo: “Gracias Dios, por un momento casi cuelgo mi tijera junto con la toalla, me detuve para mirar atrás y me pregunté: ‘¿todo esto hice yo? Es un montón’. Sí obviamente a paso de hormiga pero son pasos fuertes y traté de no ver lo que faltaba, sino que me enfoqué en el día a día y le puse corazón y garra”.
En ese mismo escenario, otros quince diseñadores de la tierra colorada esperaban el mismo resultado. Finalmente, el jurado compuesto por: Ángel Olivera, María Eugenia Amarilla Lutz y la diseñadora invitada Daniela Piña, emitió el resultado.
Entonces se escuchó el nombre de Alexandra Ma-vié Riveros en aquella imponente pasarela que conjuga el talento de los diseñadores misioneros con una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo.
“Todavía no puedo creer lo que logré este año, valió cada segundo de esfuerzo y trabajo, fue en principio un reto que me puse: poder participar, para adquirir experiencia y ponerme a prueba como persona y profesional”, advirtió.
Además agregó que “Este año volví de este hermoso evento con un montón de emociones y experiencias nuevas, entre lágrimas y sonrisas tuve la oportunidad de compartir con personas totalmente apasionadas”.
La temática de Cataras Day 2020 fue “Misiones te espera”. Y la colección de Alexandra se llamó “Reflejos de la Selva” inspirada en el arte y la cultura mbya.
“Para poder mostrar un poco de las raíces de los originarios de nuestra hermosa tierra colorada, con diseños geométricos de la fauna y flora. El arte guaraní refleja la inmensidad que nos muestran nuestra tierra colorada y su selva”.
“Usaban diseños simples y geométricos como ser los dibujos que posee la piel de las víboras, el majestuoso yaguareté, o las formas de las hojas y flores. Las guardas mbya son reflejos de la selva, fusioné la técnica de bordado tradicional y el crochet luneville para realizar guardas inspirados en Mbói Tape (camino de víbora)”.
Alexandra heredó de su madre, María de los Ángeles, el oficio de diseñadora. “Cuando era chica miraba como trabajaba: los detalles, moldería, retazos de telas que terminaban siendo vestidos para mis barbies. Y solía cortar mi ropa para cambiar los modelos y tener más opciones para combinar”.
Pero, por otro lado siempre amó crear con las manos. “Dibujaba, pintaba en óleo, hacía manualidades, cestería, tejidos entre otras cosas”.
A los diez años comenzó a usar la máquina de coser para ayudar a su mamá, “estábamos mal económicamente”. A medida que iba creciendo y aprendiendo “hacía arreglos de prendas, cambio de cierre, ruedos”.
Hasta los 16 que “fue cuando hice mi primer vestido de gala y me enamoré del sentimiento y las emociones que experimenté. Ahí fue cuando me dije: ‘quiero hacer esto’”.
Nació en Posadas y estudió en la EPET N° 2 “Eva Duarte de Perón” donde “aprendí y me nutrí lo más que pude de mis profesores”.
En el 2013 se sumergió en el mundo de la danza “como terapia por cuestiones de salud, con esfuerzo y entrenamiento pude formar parte de la Crew High Quality de la academia Da Vinci siendo la primera camada de competencia que representó al país en el mundial de hip hop en San Diego, California.
Y en ese lugar tuve mi primer trabajo de vestuarista. Después me recomendaron a una profesora de acrobacia aérea y yoga para hacer sus trajes de presentación y competencia y desde ahí no paré”.
La joven se inspira en el sentir y asegura que “el detalle forma el todo: la belleza y la esencia son los pilares de las emociones, dan seguridad y fuerza para enfrentar al mundo. Es lo que espero ver en cada prenda que creo, que el cliente se sienta cómodo y en armonía”.
En este camino de creación, Alexandra agradeció “a mi familia, a Karyna González que es kuña mbarete (mujer fuerte), al diseñador Alejandro Uset y a las modelos: Florencia Rojas, Milena Boreski, Romina Brendler y Agustina Nedel que se lucieron con las prendas bajo el sol y con las Cataratas del Iguazú de fondo en el Gran Meliá”.
Sus proyectos son “crecer en el mundo de la moda, poder registrar y tener posicionamiento de la marca. Siempre espero aprender de todo: lograr un equipo de trabajo, enseñarle y brindarle mi propósito de llegar al cliente, generar empatía y compartir emociones. Esto recién comienza, tengo mucho por aprender y recorrer… pero vamos que se puede. El límite es el cielo”.
La selva en el cuerpo
Alexandra se inspiró en el Arte de los mbya. Y por eso, bautizó a cada una de sus creaciones con nombres guaraníes: el primer diseño se llamó “Kuña mbarete (mujer fuerte) reflejando una mujer autogobernante y segura de sí misma, inspirado en mujeres empoderadas y emprendedoras de la tierra colorada”.
El segundo vestido, fue nombrado “Kuña Porã (mujer linda), representa a la belleza y esencia natural de la mujer”.
El tercer atuendo fue llamado “ Caá Yary diosa protectora de selva, y me inspiré en la madre selva, una diosa Misionera”.
Y por último, “Che kichiha Mbya (mi novia mbya), me basé en la pureza, armonía y belleza de nuestra selva, el amor hacia ella”, relató la embajadora Alexandra.