Emotivos y sentidos homenajes del mundo del fútbol, y de otros tantos deportes, se dieron durante el fin de semana en la memoria de Diego Armando Maradona, lo que dejó en evidencia la admiración que existe hacia él en todo el planeta. Desde Pakistán, pasando por su querido Nápoles hasta su querida Bombonera, en las lágrimas de su hija, Dalma.
También fueron varios los misioneros que recordaron al Diez, ya sea por su paso por la tierra colorada o por un vínculo directo que los unió. En este último caso, aparece el montecarlense Roberto Ulrico Müller (49), que tuvo el privilegio de ser dirigido por el astro argentino en Deportivo Mandiyú de Corrientes, y le contó todo a EL DEPORTIVO.
Transcurría octubre de 1994 cuando Diego, suspendido por doping en el Mundial de Estados Unidos, decidió volcarse a la dirección técnica y eligió suelo correntino para hacer su primera experiencia.
Allí estaba el volante misionero, gloria de Huracán de Montecarlo, que recuerda la revolución que generó Diego en su llegada. “Un mundo de gente fue al predio donde entrenábamos para recibirlo, nosotros nos enteramos ahí que Diego iba a ser nuestro nuevo técnico”, recordó en una charla con EL DEPORTIVO.
“Cuando entró al vestuario comenzó a saludar a los jugadores uno por uno y a todos los llamaba por su nombre. Mi lugar era uno de los que estaba cerca de la puerta, cuando se me para enfrente y me saluda por mi nombre me quedé paralizado. Eso es lo que me marcó por siempre de Diego, la humildad que tenía”.
El exvolante del elenco correntino, recordado también por el golazo que le marcó a River Plate en el Monumental en el partido que finalizó 2-2, repasó los dos meses con Maradona en Mandiyú, donde también fue compañero de Sergio Goycochea.
“Yo venía siendo titular y con la llegada de Diego pasé, junto a otros cinco, a ni concentrar. Pero nunca bajé los brazos, seguí entrenando de la misma manera. Antes del partido con River en el Monumental, Diego dio una lista de 17 jugadores que iban a viajar una semana antes a Buenos Aires y ahí estaba mi nombre”, rememoró el exjugador.
“Fuimos y jugamos un amistoso con Vélez y ahí me mandó de titular. Por suerte anduve bien e hice un gol”, recordó sobre aquella tarde ante River. “Llegó el domingo y a la hora de dar los once me nombró y dijo ‘quiero felicitar a Müller por el compromiso que demostró en su trabajo y hoy tiene esta oportunidad’. Diego te levantaba con sus palabras y eso es lo que lo hizo más grande aún”.
Tras finalizar el encuentro con River, donde Marcelo Gallardo marcó la igualdad para el “Millo”, “me abrazó, me dijo ‘viste que vos podes’ y me regaló la corbata, que es uno de los pocos recuerdos que tengo de él. Además de una sola foto”.
“Diego sabía un montón y lo admirábamos en cada entrenamiento. Las cosas que hacía eran para sentarte y pasar horas y horas mirándolo. Una pena que no se quedó más tiempo, pero lo que él tenía es que nadie le imponía nada, él era blanco o negro, no había punto medio”.
Por último, sobre el fallecimiento del más grande, Müller señaló que “lo vi por la tele cuando hice un impasse en el trabajo y la verdad que no lo podía creer. Me golpeó bastante, por todo lo que significó Diego para los argentinos. Hay que reconocer que el país se hizo conocido en todo el mundo gracias a él”.
El exjugador misionero, que podría volver a sentarse en el banco de suplentes del “Globo” montecarlense cerró diciendo “es una pérdida irreparable, que llevará mucho tiempo asimilar. Lo cierto es que no habrá otro como él”.