Muchas veces dejamos pasar esta energía que nos completa pensando que no influirá en nuestra vida, sin embargo sí sentimos que si se corta el vínculo con la madre nos afectará. En realidad, ¿podemos vivir nuestra vida a pleno dejando esa “pata” masculina fuera de nosotros?
La terapeuta holística, Natalia Velázquez (Natu para quienes la conocen), invita a realizar un taller a través del cual podemos decidir “mirar a papá, una sanación paterno-ancestral” y entonces desde SextoSentido le preguntamos: ¿Por qué es importante incluir a papá?
Sin dudas respondió: “porque para poder dar vida se requiere de mamá y papá, independientemente de las formas en las que se haya dado, teniendo en cuenta que en la actualidad existen muchas técnicas para que la vida surja con los avances de la ciencia, pero en esencia se necesitan un esperma y un óvulo para que la vida se produzca”, hasta ahí todo bien pero como que con eso fue suficiente, estará el caso sellado.
Pero la profesional explicó que tenemos que tener en cuenta que “papá es la fuerza y mamá es la tierra fértil que se abre a recibir la fuerza. De eso depende que como seres humanos sigamos adelante. Al poder tomar la presencia de papá tenemos mucha más determinación, fuerza y enfoque para poder llevar adelante lo que en la vida se nos presenta”.
Entonces el desarrollo como ser humano se completa con “la fuerza de papá y la vida de mamá. Es bueno reconocer la energía de la esencia masculina sobre todas las cosas”.
Este momento de tomar consciencia de nuestro origen es fundamental para entender que “necesitamos sanar porque hace muchos años, desde que se arrancó con la liberación femenina hubo una distorsión en cuanto a la presencia, la energía y la fuerza masculina. Los polos no son buenos, todo tipo de fanatismo nunca trae cosas buenas”.
A lo que agre: “Al sanar mi vínculo con papá me voy a encontrar honrando a todos los hombres y si nos ponemos en el lugar de mujeres que buscamos una pareja amorosa que nos vea, que nos contemple, que sea cariñosa, nos respete, nos de lugar, pero de pronto si tuvimos una mamá muy aguerrida, muy fuerte, que anuló por completo la energía del hombre, entonces vamos a tener pareja, pero quizás no podremos absorber su energía porque quizás nos vamos a sentir autosuficientes sin darnos el permiso para recibir todo lo que aporta el hombre, que es un buen sostén, un buen compañero”.
Y va más allá para que podamos entender ese flujo maravilloso de energía que existe dentro nuestro, “pues los hombres también son hijos, que también tuvieron madres fuertes y honrar a la energía masculina es sanar eso.
Es entender que el hombre siente dolor, que también tiene muchos duelos no vividos, no expresados a causa de las exigencias sociales y familiares que aún quedan, que queda como información sutil y latente en cada hombre. Darnos cuenta que ellos también requieren el reconocimiento que gracias a ellos estamos en la vida, que gracias a ellos tenemos fuerza.
Todo es independientemente de la intensidad de la fuerza que tenemos, proviene del papá y papá es el mundo, es profesión, es la forma en la que yo me paro ante la vida. Es la fuerza para lograr mis objetivos, es el que me provee el dinero porque a través de la profesión llega el dinero”.
Quienes reconozcan esa importancia masculina en la vida del ser humano entenderán que también, “muchos papás seguramente fueron ninguneados, sufrieron abusos, abandonos o vieron interrumpido el vínculo con la mamá; entonces los hombres también tienen muchísimo por sanar y sanamos todo al ser reconocidos en ese dolor”.
Ejercicio para sanar
Por lo general, destaca la terapeuta de @elreinodenatuvel en Insta, “un gran porcentaje las mujeres estamos en el lugar de víctimas y los hombres como verdugos, pero como hijos en nuestros corazones solamente tenemos una mamá y un papá. Como hijos llevamos la información distorsionada y no tenemos el permiso para amar a papá.
Hoy por hoy, como adultos, un ejercicio recomendable que vengo realizando hace tiempo es imaginarme a mamá y papá, ambos delante mío. Me presento ante ellos como hijo o hija y por ese segundito en el que hago el ejercicio dejar de juzgarlos y hacer todo tipo de reclamos. Simplemente mirarlos con amor.
Pueden no ser los ideales de padres, pero son los que elegimos para ser quienes deseamos ser. Son el ejemplo a seguir o el ejemplo a tener en cuenta para transformar nuestras vidas.
Respiramos y al visualizarlos o al visualizar a papá porque tengo muchas dolencias con él, aunque sabemos que por lo general es a ambos, simplemente decirles: ‘gracias, hoy ya soy un adulto. Lo que necesité me han dado, lo tomo y lo que no supieron darme me lo doy. Los amo a ambos de la misma forma, ambos son importantes para mí, los dos ocupan un lugar importante en mi corazón y los amo por igual.
A mamá y a papá, ni más ni menos sino por igual. En este momento, aquí y ahora, me doy permiso para tomar la vida con todo lo que de ustedes he heredado, con todo lo que yo considero que es bueno hago algo aún más bueno y con todo lo que yo considero que fue amargo, desabrido o doloroso, lo transformo en mi fuerza para que lo bueno se potencie’.
Y la frase que siempre les regalo tiene que ver con la memoria celular, repetirla tres veces para activarla, respiro un poquito y dice: ‘disuelvo los odios ancestrales que no me pertenecen, soy libre para comenzar de nuevo’. La repito tres veces y respiro.