En las estadísticas de los procesos de adopción en Misiones, hay casos en los que cuesta (y mucho) conseguir parejas o solteros, interesados en sumar a sus hogares a adolescentes o grupos de hermanos. Mucho más aun una adolescente con un hijo pequeño. Sin embargo, muchos corazones generosos, con ganas de ampliar sus familias, se vienen convirtiendo en las excepciones a las reglas.
El pasado miércoles, tras un largo proceso de selección y posterior vinculación, una adolescente misionera de 16 años que dio a luz a un niño (ahora con cuatro años), fueron entregados en guarda con fines de adopción.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, debió pasar más de un año hasta que la Justicia dio con esta pareja de Lanús (Buenos Aires), que respondió a una convocatoria nacional con fines de adopción de los misioneros.
Actuó el Juzgado de Familia 2 de Posadas, a cargo del magistrado Roberto Anderson Frank.
Una nueva oportunidad
Cuando niña, esta madre adolescente fue abusada en su casa por un familiar. Desde los 11, con el embarazo, fue llevada a un hogar convivencial, ya que la Justicia inició una causa y ordenó restricciones de contacto a los familiares más directos.
Según la joven le confió a las personas con las que mayor dialogo tuvo en todo este proceso judicial, quería una familia porque no quería vivir más en el hogar convivencial donde comenzó la crianza de su hijo, tras asumir la maternidad.
Cuando cumplió los 15 años y su hijo ya tenía tres, ese pedido llegó a oidos de la funcionaria indicada en un Juzgado, quien solicitó iniciar la búsqueda de interesados en adoptarlos.
Hubo una primera búsqueda de interesados entre los inscriptos en el Registro Único de Aspirantes a la Adopción (RUAAM), que depende del Superior Tribunal de Justicia. Una familia misionera se mostró interesada, se prepararon los papeles para avanzar pero -cuando estaban por firmarlos- el matrimonio se echó atrás con la idea de adoptar.
Se produjo una segunda búsqueda de interesados a nivel nacional, mirando los legajos de las personas inscriptas en otras provincias. Pero no surgieron familias candidatadas.
En diciembre de 2019 se hizo una convocatoria nacional donde, afortunadamente, aparecieron varios interesados en la joven y su pequeño hijo. La Justicia se inclinó por esta pareja de Lanús de unos 45 años de edad aproximadamente, que no tiene otros hijos.
Sin embargo, llegó la pandemia y la vinculación que debe iniciarse entre interesados en la adopción y los niños se postergó personalmente. Sin embargo, como en muchos otros ámbitos, se apeló a la virtualidad. Tras coordinar con el hogar convivenvial donde se alojaban y un grupo de profesionales de la Justicia, en marzo de este año comenzaron a conocerse vía digital, con videollamadas durante la semana.
Hubo “química” entre bonarenses y misioneros que -con el reinicio de los vuelos de cabotaje- hizo que la pareja de Lanús se mudara a Misiones en octubre, para comenzar el vínculo presencial con la que quieren como hija y nieto.
Estuvieron en la tierra colorada hasta el miércoles pasado, tras casi dos meses, cuando se volvieron a Buenos Aires con la familia ampliada y muy felices.
Sin antecendentes en Misiones
El juez de Familia 2 de Posadas, Roberto Frank habló sin dar detalles en el programa “El Periodista” de canal 12. Confirmó que con este caso de guarda con fines de adopción “no hay antecedentes en Misiones de una historia similar”.
Explicó que en casos como en relatado, la Justicia interviene en todo momento. “En principio es importante aclarar que todo el procedimiento de adopción es siempre legal, no existen procedimiento de adopciones fuera del trabajo judicial. No hay adopciones que sean administrativas, de hecho, siempre interviene un juez y un órgano de aplicación que por lo general es la ley de protección y el Registro Único de Aspirantes. Salvo para las adopciones de integración que no interviene tanto el Registro. Lo aclaro porque siempre hay que desterrar los vicios de la entrega directa, siempre debe pasar por la Justicia”, dijo el magistrado.
En primer lugar, dentro de todo el procedimiento judicial, “se consiguen los aspirantes, luego se abre la etapa de guarda con fines de adopción por un periodo de seis meses para que poder verificar en los hechos, en la realidad, que haya una verdadera integración como familia y que el niño goce del derecho de vivir en un ambiente familiar seguro”, como es el reciente e inédito caso.
Luego “se hace con todo un seguimiento en particular, más la actuación de un registro en Buenos Aires y una serie de audiencias que fijamos con pedidos de informes semanales y mensuales”, aclaró Frank.