En un sentido más amplio, todo aquello que exige disponer, antes de hacerse, de un proyecto específico y una planificación predeterminada; teniendo en cuenta su materialidad, un tamaño considerando escalas, técnicas complejas de trabajo en equipo, gran cantidad de elementos y rubros. Se pone en juego la creatividad espacial, en relación con el sello propio, el destinatario, el contexto y la combinación de factores y circunstancias que caracterizan una situación concreta en un momento determinado.
Hoy es una buena oportunidad de renovar el compromiso y hablar de este tema, de importancia significativa para nuestra profesión;y sacarlo todo afuera, como la primavera…
Hablemos de creación, remodelación, ampliación, reconstrucción, composición, incorporación, resignificación, formación, rehabilitación, estructuración, integración, producción, edificación.
Hablemos de la obra construida, de lo existente, de valorar lo nuestro y nuestras raíces. De retomar los sistemas autóctonos, materiales constructivos del lugar y los primigenios comprobados, éstos menos agresivos e incluso ayudan a regenerar la tierra.
Hablemos de un enfoque sostenible de la construcción, que aprecia y desarrolla el crecimiento social inteligente y la arquitectura popular. Del aprovechamiento orgánico de la energía eólica, energía solar, sistemas de agua de lluvia y el beneficio de las energías renovables.
Hablemos de materialización, de la apariencia, su morfología, calidad constructiva y aspectos precisos. Del uso y su consumo cuidado. Tratando de apostar por técnicas, materiales y procesos, que causen el menor impacto y daño posible al ambiente.
Hablemos de estética y los modos diversos de entender la naturaleza de la belleza, la realidad física de las cosas y sus circunstancias, los criterios divergentes y la percepción de perspectivas. De hermosear y acoger espacios de manera armónica y agradable al ser íntegro y para todxs.
Hablemos del buen uso y la funcionalidad de los lugares, sean arquitectónicos como urbanos, con características afectivas y miradas amplias; y la capacidad de distinguir lo sensible y lo razonable, para poner en el centro, la vida de las personas y la construcción colectiva.
Hablemos de la incorporación de nuevas tecnologías, los procesos de búsqueda e innovación, reconocimiento e implementación, en tránsito constante; y su optimización, que afecta de manera directa a los escenarios donde se llevan a cabo.
Hablemos de proyectos en un planeta sufrido por cambios climáticos y sus ciclos variables; por ello es importante replantear una arquitectura de protección y refugio, ante fenómenos naturales, de mayor intensidad y frecuencia en los últimos años.
Hablemos de la superficie construida y el amplio terreno de visión antrópica; del hacinamiento humano, donde no se halla físicamente preparado y sus condiciones son paupérrimas; a la propiedad privada de grandilocuencias y exceso de metros cuadrados, que pocos pueden darse el lujo.
Hablemos de las personas que llevan adelante la obra, desempeñando tareas comprometidas y poniendo el cuerpo; y el valioso acompañamiento, medidas de seguridad y responsabilidad que tenemos como actores de la cadena de valor de la construcción.
Hablemos de de-construcción, de reinterpretación y sentidos, de volver a plantearnos el hábitat desde lugares más amables, con unx mismx, con el entorno y con el universo. Del ir construyendo nuevas arquitecturas, para este mundo incierto que toca vivir y ya no es lo que era.
Sigamos hablando.lo, re.visando, a.tendiendo, ar.mando, inter.cambiando, respetando.se, cultiv.ando, resol.viendo, con.mutando, focal.izando, comprometiendo.nos, en la construcción de un habitar diferente.
Gracias!