La denominada segunda ola del Covid-19 sigue golpeando a los países europeos, con cifras diarias alarmantes y de récord en Italia, pero igual de preocupantes en Alemania, Francia y Rusia, cuando el mundo, solo en una jornada, registró 579.000 nuevos contagios.
De acuerdo a la Universidad John Hopkins, este dato se suma al global de 53 millones de casos registrados y 1,2 millones de fallecimientos por una enfermedad de la que se han recuperado más de 34,2 millones de personas.
Como en los primeros meses del año, el país vuelve a ser protagonista del virus en Europa. Solo en el último día tuvo 40.902 nuevas infecciones y 550 fallecidos, elevando su total nacional a más de un millón de casos (1.107.303) y 44.139 fallecimientos, desde el inicio de la emergencia en febrero.
Estas cifras se deben en parte a que en las últimas 24 horas se hicieron más de 254.000 pruebas de detección, con un índice medio de positivos de un 16%. Lo que no quita que, con 31.000 personas ingresadas en el hospital –más de 1.000 en la última jornada–, y 3.230 en unidades de cuidados intensivos, su sistema sanitario esté a punto de colapsar.
Ante este panorama, el Gobierno italiano decidió incluir a las regiones de Campania y Toscana en lo que llama ‘zonas rojas’ de mayor riesgo, y donde impera un confinamiento casi total; mientras que Lombardía, al igual que a inicios de 2020, sigue encabezando la lista de contagios, con 10.634 las últimas 24 horas. Solo allí han muerto 20.000 personas en lo que va de año.
A Lombardía le siguen Piamonte (con 5.258 nuevos casos), Campania (con 4.079) y Véneto (con 3.605). Si bien, la decisión del Ministerio de Sanidad italiano es que las regiones citadas, además del Valle de Aosta, Calabria y la autónoma Bolzano, pasen a restricciones aún más duras a partir de este domingo 15 de noviembre.
En ‘zonas naranjas’ quedan por ahora Emilia-Romagna, Friuli y Marche, con igual riesgo medio que Abruzzo, Basilicata, Liguria, Puglia, Sicilia y Umbria. Finalmente, la ‘zona amarilla’, pero con restricciones, aplica al resto del país y a Roma, que mantiene bajo cierre desde bares y restaurantes hasta museos, cines, teatros y salas de conciertos.
De esta forma, el primer ministro Giuseppe Conte se mantiene en su negativa de un confinamiento en todo el territorio, aunque fue tajante en advertir que esta Navidad no dará para fiestas ni grandes reuniones: “Consideraremos la curva epidemiológica que tendremos en diciembre, pero no debemos identificar la Navidad solo con compras, regalos y una dinamización de la economía. La Navidad, sea cual sea la fe religiosa, es también un momento de reflexión espiritual privada. No es bueno (hacer esa reflexión) con muchas otras personas”.
Puede que la Navidad quede de capa caída, pero en Castelfranco Veneto la buena nueva es que una “habitación de los abrazos”, un cuarto dividido con una cortina de plástico, ha reunido a personas mayores de una residencia con sus familiares, tras seis meses de aislamiento.
Fuente: Medios digitales