“La Iglesia es la casa de Dios, la más importante entre todas las casas, porque es allí donde las personas pueden refugiarse. Y principalmente, es el signo de la presencia de Dios en su pueblo”. Con estas palabras, el padre Federico Leverberg recibió el domingo a los católicos que celebraron la remodelación de la capilla San Martín de Porres, donde además se inauguró el panel solar.
Más de cien personas asistieron a la misa inaugural de la “capilla ecológica”, considerada la primera en su tipo en la provincia. El acto contó con la presencia del gobernador Oscar Herrera Ahuad, el intendente local Bruno Beck y el obispo de Iguazú, Nicolás Baisi, quien presidió la ceremonia.
La capilla se ubica en el paraje Integración, a 35 kilómetros del centro de Andresito. Su historia comenzó en diciembre de 1986 como un lugar comunitario, donde cada credo oficializaba su fe. “Es que al comienzo era un salón de usos múltiples para todas las religiones, después cada religión fue haciendo su propia iglesia y la capilla de San Martín de Porres pasó a ser católica”, resumió Narciso Rauber, vecino que arribó a estas tierras en 1987.
Por aquellos tiempos, el paraje contaba con pocos vecinos, “unos diez más o menos. No había nada, todo era selva. Hicimos la plaza con machete, cortando y amontonando”, agregó Eduardo Brukinski, quien también llegó a Integración en 1987.
Entonces la iglesia era el principal centro de reuniones y celebraciones. Su construcción era de madera, “al igual que la escuela. Todo lo empezamos a hacer entre los vecinos con la madera que traíamos de acá, de la zona”, relató Brukinski.
La unión de los vecinos
Ahora, después de 34 años, la capilla fue remodelada manteniendo la madera original y el púlpito, que es de Palo Rosa.
“Fue muy complicado porque no es fácil arreglar algo tan deteriorado, con mucha madera en estado de putrefacción. Costó mucho alinear la iglesia y dejarla en su estado original”, relató un vecino. Y otro manifestó que “hace muchos años la iglesia sufrió la caída de un árbol y una tormenta que la destechó”.
El piso original era de madera y hace unos cinco años la comisión de la iglesia puso un nuevo piso. “Con esa construcción se desalineó bastante, se tuvo que trabajar mucho para dejarlo en línea”, precisó una de las personas que trabajó en la restauración.
Bruno Beck, intendente de Comandante Andresito, explicó que “la decisión de arreglar la iglesia la tomamos una semana antes de que se inaugure el CAPS de Integración. Y cuando estuvo el Gobernador, hace tres meses, lo llevé a ver lo que estábamos haciendo y me dijo: ‘Vamos a dejarla nueva si te animás, yo te voy ayudar’”. Así comenzaron las reparaciones.
“Nos sorprendimos porque tuvimos que levantar el techo y poner uno nuevo, tratar de alinear todo el edificio porque estaba desalineado… Lo que hicimos fue cambiar la madera exterior de la iglesia, arreglar los vinílicos, pintarla y hacer vereda, perimetrales y el frente de la iglesia, instalación energética nueva. Y adentro cambiamos mucha madera, porque muchos lugares tenían goteras”, detalló Beck.
Energía solar
El domingo también quedó inaugurado el panel que dotará de energía solar a la construcción. De acuerdo a Nora González, la idea “surgió de una foto que el intendente vio en Escocia, donde arriba del techo de la iglesia había paneles solares en forma de cruz, entonces se aprovechó la orientación del techo de la capilla, que tiene un lado mirando al norte. Lamentablemente, cuando se le propuso al Obispo, éste no aceptó que los paneles se coloquen en forma de cruz, por eso quedó instalado al lado del CAPS”.
El Santo negro de la escoba
En 1986, desde que fue inaugurada la capilla, la comunidad católica pedía un Santo para la iglesia. Después de un tiempo arribó el sacerdote que oficiaba misa en el lugar y se encontró con vecinos que le hicieron el reclamo.
Sin mayores consideraciones, el religioso respondió que el Santo estaba adentro de su automóvil. Pero, al bajarlo, “los vecinos se sorprendieron al ver una estatua negra con una escoba: quedaron pasmados”, relató la periodista Nora González.
Nuevamente se acercaron al Padre y le manifestaron: “Pero Padre, nosotros queríamos un Santo…”. Ahí conocieron la historia de San Martín de Porres, “el Santo negrito”, que ahora es patrono del lugar con fecha de celebración el 3 de noviembre, finalizó González.
Fue en 1987 cuando llegó la imagen del Santo, según precisó Narciso Rauber, quien recordó que “cuando lo recibimos fue hermoso, todos los años hacíamos procesión”.