Una familia de cuatro integrantes necesitó un ingreso de 47.216 pesos en septiembre para no ser considerada pobre, lo que significó un aumento del 3,8%, un punto por encima del índice de inflación de ese mismo mes, informó ayer el INDEC.
La Canasta Total (CBT), conformada por alimentos y artículos de primera necesidad para el grupo integrado por dos adultos y dos niños, acumuló en un año medido hasta septiembre un alza del 35,7%.
En agosto anterior, esta misma canasta tuvo un costo de 45.477 pesos, según el organismo encargado de las estadísticas públicas.
El dato es preocupante porque al mantenerse los ingresos sin cambios y los precios en alza, aumenta la cantidad de pobres que, según el último indicador oficial, trepó al 40,9% en el primer semestre.
Según la información oficial, la suba del 3,8% registrada en la canasta durante septiembre superó en un punto al 2,8% de ese mismo período.
El acumulado anual para el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicó en 36,6%, casi un punto por encima al de la canasta total.
Por su parte, la canasta que mide el nivel de indigencia -una familia que apenas tiene ingresos para los alimentos- se ubicó durante septiembre en 19.430 pesos contra 18.792,42 del mes anterior.
En este caso, la denominada Canasta Alimentaria (CBA) experimentó en septiembre un alza del 3,4% y registró en un año un incremento del 39,6%.
Al igual que la canasta de pobreza, la que mide el nivel de indigencia también subió por encima del índice inflacionario en general, lo cual marca que la suba de precios afecta con más fuerza a los sectores de menores recursos.
El INDEC también mide el valor de la canasta para un hogar de tres integrantes: una mujer de 35 años, el hijo de 18 años y el padre de 61 años, la cual para no ser pobre requirió en septiembre un ingreso de 37.589 pesos, mientras que la de indigencia se ubicó en 15.469 pesos.
En cuanto al hogar de cinco integrantes: pareja de 30 años y tres hijos de entre 1 y 5 años, necesitó tener un ingreso de $49.661 para no ser considerada pobre y $20.437 para no caer en indigencia.
El INDEC dio a conocer los nuevos valores de la CBT y CBA el mismo día que el Gobierno nacional oficializó el aumento en tres tramos del salario mínimo, vital y móvil, que en marzo próximo quedará fijado en 21.600 pesos.
Según el cronograma publicado en el Boletín Oficial, a partir del primero de este mes, el ingreso mínimo será de 18.900 pesos para aquellos que cumplan una jornada laboral completa, y de 94,50 por hora para los jornaleros; y desde el 1 de diciembre, esas sumas pasarán a ser de 20.587,50 pesos y 102,94, respectivamente.
Finalmente, la suba se completará a partir del primero de marzo del 2021, cuando el salario mínimo por mes para los trabajadores de tiempo completo se fijará en 21.600 pesos, y el de los jornalizados, en 108 la hora.
Días atrás, la consultora Focus Market señaló que a septiembre de este año una familia tipo necesitó 22.470 pesos para cubrir el gasto de los productos de la canasta básica alimentaria, que establece la línea de la indigencia.
Tras el estudio realizado en 670 puntos de venta de todo el país, la consultora remarcó que, a diferencia de lo que dice el INDEC, el nuevo piso del salario mínimo “no logra cumplimentar una canasta básica alimentaria para este tipo de hogar”.
La expectativa de inflación llegó al 45%
El Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Di Tella señaló que la inflación esperada por la población para los próximos 12 meses subió de 40 a 45% en el último mes.
Según el promedio, las expectativas de inflación subieron 3,7% respecto de la medición de septiembre de 2020 y se ubican en 47%, indicó el CIF en un informe que dio a conocer ayer.
En los últimos cuatro años, la mediana de la inflación esperada fue de 30% en 19 meses, mayor a 30% en 10 meses y menor a 30% en 19 meses.
El trabajo que realizó el equipo que lidera Ernesto Schargrodsky señala que en la distribución regional, según la mediana, “las expectativas de inflación se mantienen en Capital Federal, mientras que aumentan en el Gran Buenos Aires y el interior del país”.
Por otra parte, en la distribución por nivel de ingreso, según el trabajo del CIF, las expectativas de inflación “aumentan para la población de ingresos altos, mientras que se mantienen para la población de ingresos bajos”.
Según el promedio, las expectativas de inflación suben tanto para la población de ingresos bajos como para la población de ingresos altos.
Fuente: Agencia Noticias Argentinas.