La docente Viviana Alvez (36) se comunicó con PRIMERA EDICIÓN tras leer una entrevista donde su vecina del barrio San Isidro denunció el accionar de una presunta “patota” que la agredió. Si bien la denunciante no dio nombres en la nota publicada por este Diario, a criterio de Alvez a quien señalaron fue a ella, por eso solicitó que “se escuche a la otra campana”.
“Me acusó injustamente y fue ella quien me golpeó y me hizo perder un bebé de tres meses. Tengo las denuncias y el parte médico que lo avalan. Debido al constante hostigamiento de esa familia, la Justicia tuvo que ponerme custodia policial. Realmente mi familia, integrada por mi esposo y mis dos hijos menores, padecemos un infierno por culpa de esa gente”, afirmó la docente, quien actualmente se encuentra desocupada.
Acerca de cómo se inicio el conflicto con su vecina, Alvez recordó que “fue hace cinco años. Mi sobrina estaba de visita en mi domicilio y fue al almacén, entonces el hijo de esta señora la manoseó, para mí fue un intento de violación. Le rompió las prendas de vestir y gracias a que escuchamos los gritos pudimos evitar lo peor“.
“Al salir vimos que este individuo estaba parado en la vereda y sabemos que tiene antecedentes. La nena dijo que el hombre la tocó e intentamos hablar con los padres y la familia no hizo nada. Ahí empezó todo, insultos y maltratos. Le dije a mi hermana que íbamos a denunciarlos y entonces comenzaron a molestarnos prácticamente todos los días. Ellos viven a tres casas de la nuestra y la señora que salió a decir que la agredieron está parada en la puerta de su domicilio vigilando nuestros movimientos prácticamente todo el día”.
Violencia y pérdida de embarazo
Con respecto a la agresión donde la docente aseguró que perdió a su bebé, relató que “ese día estaba en el portón de mi casa y me pareció que esta señora no estaba, entonces salí tranquila a sacar la basura. No sé cómo apareció y se abalanzó contra mí. Me agarró de los pelos y me arrojó al piso, luego me arrastró y cuando vio que yo sangraba, me soltó”.
“Se empezó a reír y se fue. Quedé malherida y como pude le dije a mi hijo que lo llame por teléfono al padre para ir al hospital, porque empecé a sentir que algo no andaba bien, estaba de tres meses de gestación. Mi marido me llevó al hospital y entonces escuché a los médicos que dijeron que a raíz de la agresión perdí el bebé”.
“Quedé internada unos días y al salir denuncié el hecho y solicité custodia policial a la Justicia. Fue así que tuve efectivos en mi domicilio desde el 22 de noviembre de 2019 hasta marzo de este año, cuando levantaron la custodia por la pandemia. Me sentía tan segura y protegida”, recordó la docente.
Por último agregó que “otra cosa que me indignó a mí y a mi familia es que hayan dicho que nosotros estamos bajo efectos de sustancias y todas esas cosas que son mentiras y acusaciones injustas”.
“Luego de ver la nota que publicó PRIMERA EDICIÓN volví a la Justicia para nuevas denuncias, entre ellas la presentación de videos donde se puede ver que estas personas nos agreden. Además, pedí que citen a mis custodios que son testigos de las agresiones constantes, de las amenazas de muerte y de cómo mis hijos no pueden salir ni al patio porque estas personas arrojan piedras. Jamás los atacamos y tenemos evidencias que nos avalan. Llegamos al colmo de que mis hijos necesitan terapia psicológica por el trauma que tienen”, aseguró.
La primera acusación
El pasado domingo, este Diario publicó una denuncia respecto a una presunta “patota” de mujeres que atemorizaría al barrio San Isidro. Lo hizo una mujer de 39 años y embarazada, quien dijo que fue emboscada y golpeada en la cabeza y la columna. El episodio ocurrió el viernes 2 de octubre.
En diálogo con este Diario, Ramona Godoy (39) contó que regresaba a su vivienda de la manzana 24, la cual se encuentra cerca de la estación transformadora a la vera de la exruta provincial 213. En el camino fue interceptada por cuatro mujeres, dos hermanas y sus respectivas hijas, que desde hace tiempo serían las que atemorizan a los vecinos por sus actitudes agresivas. Afirmó que sin motivo alguno la comenzaron a golpear.
Respecto a esta denuncia salió al cruce ayer la mencionada docente, quien se sintió señalada. El conflicto vecinal tuvo repercusión nacional y fue publicado ayer en distintas agencias y medios de Buenos Aires.