El fiscal de Instrucción 6 de esta capital, René Germán Casals, requirió que el expediente que instruyó el juez Ricardo Walter Balor por la muerte de Arnaldo Alejandro Amarilla (33) sea elevado a juicio oral pero con cambios en las acusaciones y con la solicitud de la prisión preventiva para un oficial de la Policía provincial que goza del beneficio de la libertad condicional y presta servicio en la Unidad Regional XIII de San Ignacio.
El sargento de 35 años imputado por el crimen de “Nano” Amarilla, hecho investigado como un presunto caso de “gatillo fácil” y que ocurrió durante la madrugada del 1 de julio de 2018 en el complejo habitacional A3-2 de esta capital, es el único detenido de la causa hasta el momento, y el fiscal Casals solicitó se lo acuse por “homicidio calificado” por el uso de arma de fuego y su condición de funcionario público (artículo 80 del Código Penal Argentino), delito que prevé prisión perpetua como condena.
Casals en su requerimiento enviado al titular del Juzgado de Instrucción 6, modificó la calificación de la acusación al oficial subayudante de 31 años, que acompañaba al sargento en el procedimiento mencionado.
Le sumó a su imputación como “partícipe necesario” del delito de homicidio calificado la figura de “omisión impropia”. Es decir, el fiscal consideró que su potestad y deber fue frenar el supuesto abuso cometido en el operativo por su camarada. Palabras más o menos, no habría hecho lo que debía hacer, frenar a su compañero que no cesó de disparar o directamente gatilló sin orden.
El delito que se investiga, se produjo en una vivienda de la manzana 18 del complejo habitacional A3-2, sector sur de Posadas. En este lugar los efectivos de la seccional Décima (perteneciente a la Unidad Regional X) fueron requeridos en al menos dos oportunidades en razón de una reyerta entre vecinos que involucraba, presuntamente, a quien resultó víctima fatal.
Los dos policías arribaron tras la segunda llamada de los denunciantes y fue el sargento quien habría descendido del patrullero y abrió fuego contra Amarilla con una escopeta cuyos cartuchos contenía municiones de plomo y no postas de goma o plástico que habitualmente se utilizan para repeler situaciones hostiles.
Según fuentes consultadas en su momento, el sargento habría jalado el gatillo del arma larga sin contar con ningún tipo de orden para hacerlo.
Amarilla, que ya había purgado una condena por un homicidio cometido en septiembre 2003, fue hallado sin vida por un hermano varias horas después, alrededor de las 5, en el interior de su vivienda.
Uno de los balines que le impactó en la espalda le lesiono la aorta. El ataque se habría iniciado en la vereda, y Amarilla corrió y se arrastró hasta caer frente al baño del inmueble, en el que se encontraba solo.