“Mi padre tenía el hábito de madrugar. Por la mañana bajaba a la cocina, se sentaba y se tomaba un café antes de que el resto de la familia se despertase. Solía decir que este era el momento del día en el que pensaba. Su momento de soledad. Y cualquiera que fuera el problema, grande o pequeño, para cuando los demás se despertaban, él ya había reflexionado sobre el problema hasta que ya no era tal, sino una tarea más que tenía que realizar”, Harold Robbins, Memorias de otro día.
La capacidad de resolver problemas es una de las cualidades más solicitadas en los anuncios de trabajo, porque está relacionada directamente con la posibilidad de alcanzar un rendimiento excelente.
Es el arte de resolver problemas personales, interpersonales o de organizaciones, mediante la utilización de tácticas y técnicas de máxima eficacia (solución del problema) y eficiencia (relación tiempo y esfuerzo).
Se trata, pues de una competencia transversal, útil en los distintos ámbitos de trabajo además de la vida privada. Cada uno de nosotros está sometido continuamente a prueba; y la calidad de nuestra vida depende del modo en que afrontemos los problemas que encontramos en nuestro camino, de nuestra capacidad de transformarlos, como hace el padre de Robbins en la cita, en tareas a realizar.
El solucionador de problemas consiste en aplicar 4 reglas:
* Mata el monstruo cuando el pequeño.
* Accede a un nivel de pensamiento superior.
* Libera Tu creatividad.
* Ten Fe.
Regla 1: Mata el monstruo
A nadie le gusta enfrentarse a los problemas y por este motivo, las personas no sólo posponen hasta el infinito la solución, como si esperasen tiempos mejores, sino que en algunos casos hasta fingen no verlos. La realidad es que son muy raros los casos en que un problema se resuelve por si mismo.
Cuanto más se finge que no existe el problema o se pospone su solución, más crece el “monstruo” y corremos el riesgo de que nos aplaste. Por eso la primera regla del solucionador de problemas es “mata el monstruo cuando es pequeño”, es decir, si tengo un problema he de afrontarlo enseguida.
La primera fase es identificar y definir el problema. En las empresas esta fase estratégica corresponde a los líderes; en la vida diaria la capacidad de mirar de frente la realidad y reconocer la presencia del monstruo, aunque sea pequeño, es una cualidad típica de quien es líder de sí mismo. (Continuará).
Por Tony Robbins.