Muchos se preguntan si la arepa es venezolana o colombiana, y el debate sigue latente. Sin embargo, en julio de 2012 fue Venezuela la que propuso la celebración del Día Mundial de la Arepa el segundo sábado de septiembre de cada año.
Actualmente, en el mundo son más de 100 ciudades las que celebran esta fecha. Y en Misiones, desde la Fundación “Arepa Viva” con la Pastoral para Migrantes y Refugiados de la Iglesia Luterana, “hicimos una arepada para amigos y allegados en Garupá”, contó a PRIMERA EDICIÓN el coordinador general y fundador de dicha organización, José León Toro Mejías, licenciado en Educación.
Para los hermanos venezolanos, este exquisito alimento a base de harina de maíz representa “cultura, sabor y esos elementos que hacen desde lo gastronómico y cultural la identidad del venezolano. En medio de la tragedia del desarraigo, el mordisco a la arepa ‘es un viaje de regreso al sueño’, como dijo el poeta venezolano Andrés Eloy Blanco en el poema ‘La renuncia’. Uno puede traer el abrazo de los familiares, ese sabor tan especial que le pone la madre a cada comida, los paisajes, los colores… todo lo que amas en un mordisco”, sostuvo Toro Mejías.
Una celebración cultural
Según Toro Mejías, “este es el noveno ‘arepazo mundial’. Por estar presente la pandemia, los organizadores han hecho un llamado a celebrarlo en casa y con amigos donde se pueda. En Misiones, Corrientes y principalmente en Foz de Iguazú (Brasil), donde Arepa Viva tiene presencia, las celebraciones serán bastante familiares”.
Pero aclaró que “no todas las familias pueden celebrar: por infortunio, las harinas para hacer arepa que llegan a esta zona son muy caras, unos 250 pesos (en Brasil es más barata), lo que la convierte en un lujo que algunas familias no pueden darse todavía. Y hacer el preparado con maíz, que es más económico, implica procedimientos de molienda y tampoco tienen una máquina para ese proceso”.
En los últimos años, muchos venezolanos migraron a la Argentina. Un grupo importante de ellos eligió la provincia de Misiones como su nuevo hogar y fue la arepa una de las primeras alternativas para generar ingresos económicos.
“Misiones neutralizó mi proyecto de llegar a Buenos Aires o Mendoza, yo venía explorando e instalando un instrumento de ayuda en varias ciudades que llamamos ‘la Red de Favores’. La Familia Alvarez Schwiderke, a quienes conocí en Venezuela, me recibieron y me vincularon a la comunidad luterana de Misiones”, detalló Toro Mejías.
Al llegar a la tierra colorada, León sintió paz: “Tanto tiempo de sobresalto constante, la paranoia de cuidarnos de todo y todos, la preocupación constante por tener un poco de control sobre nuestras cosas y nuestras vidas, de pronto se había detenido. Montecarlo es como un remanso de amor en mi recorrido. Seguí a Posadas, conocí que Misiones me da parte de eso que hemos perdido y que tratamos día a día de construir de nuevo”, reconoció.
Al llegar a la capital provincia, la Pastoral les donó un molinillo para moler maíz, “nosotros le hicimos unas adaptaciones para hacerlo eléctrico y durante mucho tiempo estuvimos vendiendo arepas como parte de los emprendimientos que hemos intentado. A la fecha hemos financiado varios emprendimientos de las familias migrantes, la mayoría son gastronómicos y como ya sabes, para el venezolano lo gastronómico empieza por la arepa”.
“Arepa Viva” es un nombre que tiene implicaciones de identidad cultural, “espíritu religioso e incluso donde cada palabra lleva la inicial de dos países hermanos. A nuestra llegada la Congregación San Pedro de la Iglesia Luterana Unida de Argentina-Uruguay tuvo una reacción inmediata y creó la Pastoral para Migrantes y Refugiados, cuyos referentes principales son el pastor Ricardo Veira y la arquitecta Lilian Beck. La mirada de la pastoral es el acompañamiento integral a la migración, en ese sentido apoyamos todas la iniciativas que potencien lo cultural y emocional. ‘Arepa Viva’ fue creciendo a la luz y músculo económico de la Iglesia Luterana, con la cual tenemos representaciones desde Foz de Iguazú hasta Corrientes, con un registro de más de 100 familias que atendemos”, precisó Toro Mejías.
“Arepa Viva” es reconocida como asociación y está en proceso de obtener la personería jurídica.