Pasada la cuarentena más rígida, he salido a caminar cuando nos han permitido y vi con asombro algunas construcciones en las inmediaciones de espacios públicos.
Caminando en la zona oeste en la desembocadura del arroyo Antonica en el Paraná, al final de la Av. Centenario, llegué hasta el embarcadero público para lanchas, botes y piraguas.
Es sin duda una alegría ver estos servicios que brinda el Estado a la comunidad. Sin embargo grande es mi preocupación, la cual motiva este mensaje, al ver la calle que llega al lugar -con asfalto- actualmente invadida por malezas; y la otra parte de tierra, ocupada por una casa construida.
Le pido por favor que intervenga antes que sea tarde. Como decía un jefe mío: “los espacios que no se ocupan otros te lo afanan”.
Por otra parte usted debe velar por los espacios públicos y dar valor a este servicio que se da a la comunidad, en este caso: la salida a este embarcadero al río Paraná.
Una forma de educación es tener los espacios recreativos limpios, responder siempre con la presencia municipal y eso se hace con servicio de limpieza y juegos arreglados, ambos esenciales sobre todo en los lugares periféricos donde más se necesita.
María C. Verón
Posadas (Misiones)