Uno de los placeres más grandes es comer pan y me lo prohibieron hace años nos cuenta Rodolfo, un señor de 64 años diabético e hipertenso. Tuvo un infarto hace 4 años y quedó con un plan de alimentación que lo deprime a diario. Su familia lo cuida mucho y más de una vez surgen discusiones por su “querer” probar lo que todos comen y me dice: “No es vida esto” entre risas.
Pero como siempre comento, todos somos diferentes y para comer no sólo es tener en cuenta las calorías, debemos tener en claro que un alimento tiene muchas características y puede ser utilizado de diferentes maneras, según cómo estamos y qué actividades realizamos.
Si yo disfruto saboreando un desayuno con pan blanco debo tratar de encontrar los momentos, mezclas, cantidades y circunstancias en que no me hará mal y sí mucho bien.
Todos los “no” en exceso nos elevan al malhumor y hacen subir las hormonas que provocan aumento de presión y glucemia, más que las rodajas de pan disfrutadas.
Tenemos tres grupos alimentarios principales: proteínas, grasas e hidratos de carbono. Los hidratos de carbono son conocidos como los malísimos de la dieta si están en forma de pan.
Pero ¿qué pasa con el pan? Básicamente es hidrato de carbono de alto valor calórico y glucémico, se absorbe rápido aumentando el nivel de azúcar y por eso tan prohibido.
Hay principios básicos como por ejemplo, que todo lo más procesado, lo más industrializado aumenta lo negativo, pero cómo disfrutar del ansiado pan:
Pan casero hecho con masa madre, la levadura aumenta los beneficios del pan.
Los beneficios del pan con masa madre son los relacionados con las propiedades que aportan a la digestión y la prevención de algunas enfermedades metabólicas, como el caso de Rodolfo con diabetes e hipertensión, de ahí a que se considere más saludable.
El amasado, tiempo de horneado, temperaturas, etc.; es un proceso artesanal y de esta manera:
• Mejora el humor
• Mejora la digestión.
• Contiene mucho ácido láctico.
• Libre de gluten.
• Se conserva de manera natural.
• Tiene un bajo índice glucémico.
• Contiene minerales.
• Mejora la textura y sabor.
Cuanto menos refinada es la harina es menor el índice glucémico, se digiere más lento y no aumenta tanto el azúcar. También conocer otras harinas que lo hagan más saludable y nutritivo como harina de sésamo, algarrobo y almendras.
Incorporar semillas como lino, sésamo y chía. Guardar en el frezzer y luego descongelarlo para comerlo caliente o mejor aún en tostadas. Este pequeño truco de enfriar y volver a calentar, lo transforma y permite que aumente el tiempo del proceso de absorción.
Cuanto mayor es el número de ceros del harina, menor es el refinamiento y se aprovecharán mejor las diversas partes del grano.
Tratar de disfrutar y gozar el momento sin culpas. Unas rodajas de pan con el amor de lo casero hacen menos mal que 10 galletitas sin sal o salvado.
Rodolfo tuvo la mejor receta en años: coma y disfrute del pan casero. Muévase a su manera, como prefiera y pueda: caminando, paseando, bailando, para no acumularlo y no se olvide que la actitud positiva es la mejor medicina para toda enfermedad. (Por favor, no exagere coma con moderación, jajaja).