Como si volara. Así se ve a Nahuel Chamorro cuando se calza los rollers y se transforma en uno de los máximos exponentes de los deportes urbanos que se practican en la provincia y – por qué no- en todo el país.
Con sólo 15 años, es el único misionero para el que el roller freestyle park dejó de ser un hobbie y pasó a ser una meta y una forma de vida. “Mi sueño es estar en un Mundial de la disciplina representando a la Argentina”, le dijo a EL DEPORTIVO.
Pero ¿de qué se trata? El roller freestyle park es un deporte urbano. El blader, como se conoce a los deportistas que practican esta disciplina, se desempeña sobre unos rollers de manera libre – por eso freestyle – en espacios con rampas y curvas, donde demuestra toda su destreza y habilidad a través de piruetas.
Si bien todavía la disciplina no es tan popular, ya forma parte de la Federación Misionera de Patinaje (FeMiPat) que se amplió para poner bajo su paragua a todos aquellos deportes de ruedas pequeñas, como se los conoce tradicionalmente, entre ellos al roller freestyle.
Por el momento, Nahuel es el único representante misionero de la disciplina. Está federado desde principios de año en la FeMiPat y es uno de los tres federados a la Confederación Argentina de Patín, también desde principios de 2020.
Pero, ¿cómo empezó todo? Nahuel arrancó con los rollers cuando tenía apenas nueve años. “Vi que un chico tenía y me llamó la atención. Empecé practicando en el muelle de El Brete”, contó a EL DEPORTIVO.
“Empecé en la calle, con slalom, esquivando conitos con rollers comunes”, recordó. Tiempo después se inauguró el Skate Park y Nahuel se trasladó allí a practicar sobre los rollers, cuando se empezó a dar cuenta que todo le salía de manera natural.
Hasta que se inauguró el Bike Park, en la Costanera, y con él un nuevo desafío. “Es mejor y me gusta más, tiene rampas con diferentes alturas, curvas más grandes”, aseguró.
En ese proceso, el roller freestyle park dejó de ser un hobbie para empezar a ser su vida. Nahuel comenzó con exhibiciones en competencias de BMX, lo que le ayudó a hacerse conocido en el ambiente, y lo fueron invitando a llevar su destreza por diferentes lugares de la provincia, el país y también afuera: anduvo por Posadas, Apóstoles, Alem, Chaco, Rosario y surgió la oportunidad de ir a Sao Paulo, Brasil, hasta donde llegó en septiembre de 2019 para entrenar en CAJUV (Centro de Acción para la Juventud), “uno de los mejores centros de entrenamiento de Latinoamérica”, contó Nahuel.
Este año se federó y llegó su primera competencia oficial representando a Misiones. En febrero viajó hasta Alta Gracia, en la provincia de Córdoba, para participar del II Contest Bladers, donde había 120 competidores de lugares como Buenos Aires, Córdoba, Tierra del Fuego, Río Negro y hasta Colombia.
Nahuel compitió en Profesional, aunque su categoría es Junior, y quedó tercero; además aprovechó el viaje para entrenar en el Bike Park olímpico “Maligno Park”, ubicado en Córdoba Capital.
El año había empezado de lujo para Nahuel, hasta que en marzo todo quedó en stand by. La pandemia de coronavirus obligó al Gobierno nacional a decretar el aislamiento social, preventivo y obligatorio en todo el país y los entrenamientos se detuvieron abruptamente.
“El aislamiento fue complicado. Me quedé en casa, no estuve haciendo mucho más que entrenar en la parte física con el entrenador de deportes urbanos de la Confederación Argentina de Patín, Pablo Himitian”. De rollers, ni hablar.
Pero eso no fue lo peor: Nahuel tenía los pasajes para cumplir uno de sus sueños: en mayo iba a decir presente en el Mundial de la disciplina en Francia, competencia que se suspendió por la pandemia y, por consecuencia, también el viaje.
El Mundial iba a ser del 20 al 23 de mayo y un amigo le había ayudado a conseguir los pasajes, a un nada barato precio de 800 dólares. Se iba a quedar en Montpellier, capital de los deportes urbanos. “Es una de las competencias donde se reúne más gente, no hay disponibilidad de hoteles ni de nada por la cantidad de gente que va”, señaló Nahuel.
Pese a la desilusión de no poder viajar a Francia, los organizadores decidieron lanzar la competencia de manera virtual. Nahuel se anotó y en la primera ronda quedó tercero entre 52 participantes y ya tiene un lugar en la final.
¿Cómo? Subió un video suyo, en plena acción sobre los rollers, de un minuto. “Lo filmé en el Bike Park de la Costanera. Los votos fueron un 50% del público y un 50% de los jueces. Quedé tercero en la categoría Amateur. Ahora, en la final, somos ocho. Estoy esperando a que me avisen cuándo tengo que volver a subir un nuevo video, pero ya quedar entre los ocho finalistas es muy bueno”, remarcó.
Todo esto fue gracias a que en junio, la Municipalidad de Posadas habilitó la práctica de ciertos deportes y Nahuel pudo volver al Bike Park. “La vuelta a los entrenamientos fue complicada porque me faltaba estado físico, fuerza, además me complicaba con los trucos. Pero con el pasar de los días pude volver y fue justo cuando estaba comenzando el torneo virtual por lo que me fue bastante bien”, dijo.
Nahuel, que entrena solo, no tiene un profe que lo acompañe justamente por lo nuevo de la disciplina. “Soy el único misionero que practica roller freestyle park y en la provincia todavía no hay lugares donde entrenar, sólo en Posadas, Alem y Apóstoles hay rampas”, agregó.
Ser el único tiene sus dificultades, principalmente en la competencia. “No tenés con quien medirte, con quien competir”, señaló Nahuel. Y esta es una situación en todo el país. “Somos poquitos, los que estamos federados somos tres. Los chicos que practican no se ponen una meta, lo hacen por hobbie no por deporte y en Argentina no hay competencias. Hay sí de roller Street, pero no es lo que hago y muy pocas veces se hacen competencias en rampas”, señaló.
Aun así, Nahuel tiene puestas todas las fichas en esta vida como deportista y, con constancia, se entrena durante la semana en el Bike Park. Además, recibe ayuda del Ministerio de Deportes, que le ha pagado pasajes para viajar y además está becado por lo que se entrena en el gimnasio del CePARD dos veces por semana, donde también trabaja con nutricionistas y kinesiólogos.
La apuesta es grande y los sueños también. “Mi meta es estar en un mundial representando a la Argentina. Si hubiese podido ir a Francia, esa iba ser mi oportunidad de cumplirla”. Seguro habrá otras. Para Nahuel, esto recién empieza.