En un contexto en el que la cuarentena social nos obligó a permanecer en nuestras casas, las pantallas han sido el paisaje que más hemos visto en estos casi cien días de aislamiento.
Debido al home-office, a las clases virtuales y a las maratones de series y películas, pasamos la mayor parte del día expuestos a las radiaciones azules. Y es que, preocupados por atender a todas las medidas preventivas contra el COVID-19, olvidamos proteger nuestra visión.
Por ello, entre los problemas de salud que genera la cuarentena por la que atraviesa buena parte de los argentinos, se destaca la posibilidad de incremento en los riesgos de miopía en niños y en adolescentes, a raíz del uso continuo de los dispositivos electrónicos.
“El problema de hacer todo virtualmente, es que todas las pantallas (de celulares, computadoras te televisores, entre otros) emiten un alto grado de luz azul, que es la que peor le hace al ojo”, dijo a PRIMERA EDICIÓN la presidenta de la Cámara de Ópticas, María del Carmen Rivas.
Ojos secos
Según la especialista, uno de los problemas más frecuentes en estos tiempos, fueron los ojos secos. “Es esa sensación de tener arenilla y fue muy usual. Muchas personas vinieron a consultar por gotas o lágrimas y eso está causado por la vista cansada de mirar tanto tiempo las pantallas”, aseguró.
Y es que “al estar tanto tiempo sentados, mirando fijo cualquier tipo de pantallas, el ojo no parpadea las veces que tiene que parpadear”, explicó.
Por ello, Rivas aconsejó un ejercicio que científicos norteamericanos promueven y denominan 20-20-20: “Consiste en estar frente a la pantalla durante un tiempo no mayor a 20 minutos y entre cada lapso mirar 20 segundos algo del exterior que esté a una distancia de 20 pies. Eso lo que hace es relajar al nervio óptico del ojo”, señaló y agregó que “también es bueno salir un rato y mirar algo verde o celeste para que el ojo no esté siempre en modo de visión cercana”.
Por otra parte, si es imprescindible pasar tantas horas frente al ordenador por el trabajo, suele recomendarse que la pantalla del mismo esté siempre un poco por debajo respecto la mirada.
Así el párpado queda menos abierto y el síndrome del ojo seco no será tan frecuente.
Vista a corta distancia
En este punto, destacó que uno de los mayores problemas hoy en día es que “la mayor parte de nuestra visión es a corta distancia”.
“Estamos tanto tiempo encerrados en una habitación, mirando una pantalla a no más de 60 centímetros de la cara, que el ojo ya no tiene la costumbre de ejercitarse mirando a lo lejos, como pasa cuando estás afuera haciendo algún deporte, por ejemplo. Hoy, nuestra visión es mayoritariamente de cerca, y eso es lo que produce miopía”, apuntó. Y la miopía comienza cada vez a más temprana edad.
“La tecnología hizo que cada vez más chicos sean miopes, porque de muy chiquitos se acostumbran a las pantallas”, sostuvo.
Es por ello, que la Asociación de Oftalmología recomienda que “antes de los cuatro años, los chicos no deben usar ningún tipo de pantallas y desde los cinco o seis años hasta los 14 años, deberían estar media hora al día, como máximo”, dijo.
Esto se debe a que “todas las radiaciones son acumulativas. Entonces, cuanto más joven comience a exponerse a las luces azules, daña más la retina”, recordó y agregó que “lo ideal sería que los chicos se protejan de los rayos UV también, usando lentes de sol desde pequeños”.
Pantallas en la oscuridad
Rivas aseguró que una de las peores prácticas que tenemos, es estar frente a las pantallas en medio de la oscuridad. “Al no haber otra luz encendida, la radiación azul va directo al ojo”, explicó y añadió que “cuanto más claridad hay, más se diluye y menos es el riesgo”.
Sin embargo, ya sea para mirar películas, o para revisar los últimos WhatsApp del celular, “hoy, no hay una sola persona que no haga esto al menos 15 minutos antes de irse a dormir”.
Aliviar la vista cansada
La presidenta de la Cámara de Ópticas, enumeró una serie de medidas inmediatas para aliviar esa sensación de vista cansada, arenilla o dolores de cabeza.
“Una forma es frotar las manos durante algunos segundos para que tomen temperatura y colocarlas en los ojos por un rato. También es bueno abrir y cerrar los ojos muchas veces, mirar hacia los costados, hacia arriba y hacia abajo… Cualquier tipo de movimiento ocular es bueno para que el ojo se relaje porque aunque no nos demos cuenta, está tenso y todos esos ejercicios lo relajan”, dijo.
“Es como si tuviéramos una contractura en el cuello que hay que masajear y descontracturar, el globo ocular también se tensiona”, concluyó.
La miopía en aumento
Si bien es cierto que esta patología está afectando a los jóvenes de todo el mundo, lo cierto es que en China esta patología parece tener más peso.
Según datos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Pekín, el 90% de los jóvenes se ve afectado por la miopía, lo que implica que aproximadamente el 33% de la población china, padece miopía ¿A qué se deben estas preocupantes cifras?
Pese a que se suele hablar de cuestiones genéticas o fisiológicas, lo cierto es que uno de los investigadores de la universidad, destacó que una de las mayores razones se debe al estilo de vida impuesto a los más jóvenes.
La falta de actividades al aire libre, falta de luz solar y sometimiento a muchas horas de estudio, por ejemplo, son factores que él considera claves en esta problemática.
Cristales especiales
Finalmente, Rivas contó que hoy en día hay cristales especiales que bloquean la luz azul emitida por las pantallas.
En este sentido, la especialista comentó que este tipo de cristales son utilizados tanto por la gente que ya usaba lentes como por personas que no tienen la necesidad de hacerlo. “La gente que no usa lentes, pregunta igual por la posibilidad de hacerse lentes sin aumento para poder usar ese cristal”, aseguró y agregó que no sólo sirve para las pantallas, sino también para manejar y leer, entre otras actividades.
Mayor control
Si bien es cierto que la cantidad de niños que usa lentes hoy en día es mayor que hace unos años, Rivas destacó que esto no se debe únicamente a que hay mayores problemas de miopía, sino a que “hoy en día la vista se controla mucho más que antes. Antes, la primera consulta al oculista era en la etapa de la adolescencia y terminaba siendo que el chico no veía bien desde tercer grado”, aseguró.
Afortunadamente, ahora los controles se hacen cuando los hijos ingresan al nivel inicial, entonces se puede detectar más temprano y no tienen que forzar durante tanto tiempo la vista.
Al respecto, aconsejó que “lo ideal es hacerse un chequeo anual”.
La miopía es sólo el comienzo
Cabe destacar que el aumento de la enfermedad se da de modo considerable entre los 5 y los 6 años. Por ello, se torna indispensable detener la miopía en edades que cada vez son más tempranas, porque esta patología puede traer aparejados otros problemas.
Una de ellas puede ser el aumento de las posibilidades de tener glaucomas, desprendimiento de retina, en la adultez la posibilidad de sufrir maculopatías miópicas y hay mayor predisposición a tener cataratas.
Todos estos, son factores de riesgo para que la visión se deteriore de forma grave. Por ello, una de las medidas sería poner reglas de horario para usar los dispositivos electrónicos.