Familiarizado con el fútbol paraguayo por su extensa carrera como futbolista en dicho país, pero idolatrado de manera especial en Colombia por la afición del Deportivo Pasto, el eldoradense Hugo Pablo Centurión (43) nunca olvida sus raíces y su huella está tan marcada en esta ciudad, que lo considera como uno de los principales referentes de este deporte y como quien hizo conocer a la Capital del Trabajo a nivel internacional.
En la actualidad, ayudante de campo de Hernán Rodrigo López en Sportivo Luqueño, además de entrenador de la Reserva, el popular “Chicha” pasa los días de aislamiento en su querido Eldorado, donde disfruta de su familia y aguarda por el retorno a la actividad, que lo tiene al elenco auriazul disputando Copa Sudamericana, Copa Paraguay y el torneo local.
El talentoso exvolante, que cada vez que puede muestra destellos de la vigencia de su calidad en el seniors de Luqueño o con sus amigos de Tapicería Verdún, se prendió a una “jugosa” charla con EL DEPORTIVO, donde repasó sus inicios en Newell’s Old Boys de Rosario, donde compartió pensión con Walter Samuel, Gabriel Heinze, Pablo Guiñazú, Lucas Bernardi, entre otros, y se cruzó con quien hoy es el mejor jugador del mundo, Lionel Messi.
Su trayectoria en Paraguay, la idolatría en Colombia y a lo que apunta como entrenador. El misionero habló también sobre cómo vive el aislamiento en la tierra colorada, para lo cual adelantó “siempre es lindo estar en mi casa en Eldorado, cerca de Nueve de Julio, junto a mi familia. En estos tiempos puedo disfrutar mucho de ellos, algo que en otros momentos no lo podía hacer.Esperamos que todo esto pase pronto para así poder volver a hacer lo que a uno más le gusta, que es estar con el fútbol”.
De sus inicios tras la pelota, “Chicha” recordó que “fue en la cancha de Navidad, donde todas las tardes nos juntábamos en familia a jugar al fútbol. No parábamos hasta el anochecer. Hoy esa cancha es una especie de campo y hay vacas”.
¿Cómo llegaste a Newell’s?
A los 14 años me fui a Rosario, no jugaba en ningún club y me surgió la posibilidad y quedé. Allí pasé cinco años en inferiores, donde compartí pensión con grandes jugadores como Walter Samuel, el “Gringo” Heinze, el “Cholo” Guiñazú, Bernardi, Germán Real, entre otros, y por ahí andaba Messi en sus inicios.
¿Seguís en contacto con ellos?
Sí, con el Cholo nos hicimos muy amigos, ya que jugamos juntos en Libertad. Al “Gringo” lo vi hace poco en Buenos Aires y a Bernardi lo fui a ver al hotel cuando fue a Paraguay a jugar Copa Libertadores con Godoy Cruz. Nos juntamos y recordamos cada anécdota. La verdad es que fueron lindas épocas.
¿No tuviste la oportunidad que querías en Newell’s?
La verdad es que cometí un error, de los que no hay que cometer cuando se quiere triunfar en el fútbol. Sufrí un accidente y estuve ocho meses sin poder hacer nada por la lesión en una rodilla y perdí la oportunidad.
¿Cómo se dio el regreso al fútbol?
Al tiempo se contactó conmigo Jorge Barreto, que estaba al frente del Deportivo Vicov, me invitó a que me sume a entrenar e iba a hacer las gestiones para que juegue con ellos el Regional de aquel entonces. Después de muchas idas y venidas, Newell’s les dio mi pase y pude actuar. Hicimos una gran campaña y perdimos la recordada final con Tigre de Santo Pipó. Después pasé a Guaraní Antonio Franco y de ahí me fui a Paraguay.
¿Cómo fue el arribo a suelo guaraní?
Fue a través de Epifanio Rojas, una especie de captador, que me llevó a Sol de América en el 2000. Ahí debuté en Primera y pude jugar la Copa Libertadores. Después pasé por 12 de Octubre, Sportivo Luqueño, hasta que en 2004 pase a Libertad, un equipo que venía en alza tras el gerenciamiento. Ganaba todo lo que jugaba en el ámbito local. Había un gran plantel, estaban Justo Villar, el “Chiqui” Arce, Bareiro, Arnaldo Vera, Derlis Soto, el “Cholo” Guiñazú, entre otros. Fue una de las mejores temporadas que viví ahí.
Muchos recuerdan tus actuaciones ante River…
Tuvimos la suerte de jugar durante tres o cuatro años seguidos series con River, y la verdad que fue muy particular para mí, teniendo en cuenta que toda mi familia es de River. Todos estaban pendientes de esos partidos, hasta mis amigos de Boca, y es ahí donde se te viene a la mente de dónde saliste, tus raíces, lo que luchaste por el sueño de ser futbolista.
Yo soy de los que piensan que el tren pasa una sola vez, pero a mí me dio una segunda oportunidad. Mi vida estaba destinada a ser jugador de fútbol y lo pude disfrutar. Y ese River tenía un equipazo. Estaban Mascherano, Salas, Cavenaghi, el “Chacho” Coudet, Lucho González, el “Rolfi” Montenegro. Era mirarlos y no poder creer donde uno estaba.
¿Cómo llegó la posibilidad de ir a Colombia?
En 2005 tuve un paso por Chile (Deportes Concepción) y cuando vuelvo del préstamo tenía contrato por un año más con Libertad. Me plantearon la posibilidad y no lo vi con malos ojos. Fue una linda experiencia, porque llegue a un Pasto que quería ser protagonista y vaya si lo fue. Hicimos un brillante torneo y logramos el título en 2006. Fue algo único para mí, el Pasto marcó mi carrera.
¿De ahí, como siguió?
Pasto me abrió muchas puertas, ya que de ahí pasé al América de Cali. Por diversos motivos volví a Paraguay (3 de Febrero) en 2008, para un año después de pasar por Macará y Tolima. En 2011 me volvieron a llamar de Pasto y no dudé en volver.
¿Fue para darle el ascenso?
Sí, después de estar dos años en la Segunda, pudimos volver a primera.
¿Te sentís muy identificado con el Deportivo Pasto?
La afición me hace sentir identificado con el club, hasta hoy en día recuerda lo que bueno que hicimos allá. Ojalá en algún momento pueda volver y que sea para aportar la experiencia que hemos sumado en estos tiempos. Guardo los mejores recuerdos.
¿Cuándo sentiste que el retiro estaba cerca?
En 2012 decidí volver a Misiones, el objetivo estaba en jugar en Crucero, pero como debía esperar seis meses para hacerlo, porque el equipo no tenía más cupos para incorporar, me instalé en Eldorado. Con el pasar de los meses me fui dando cuenta que ya no tenía las mismas ganas y ahí me llamó Enzo Soto para jugar el Provincial en Vicov. Ese fue mi último club, terminé donde había empezado.
Y ahora, ¿cómo van los primeros pasos con entrenador?
Estoy muy contento en Luqueño, que me abrió las puertas y me dio la posibilidad de dirigir mis primeros partidos a nivel profesional. He logrado asentar una idea de trabajo en las juveniles y conseguimos dos títulos con la Reserva. La verdad que hemos progresado bastante en estos años.
¿Es momento de ser el entrenador principal?
Hoy estoy cómodo como asistente de Rodrigo (López), somos muy amigos, así que nos conocemos muy bien en la manera de trabajar. Estamos jugando Copa Sudamericana y apuntamos a llegar lejos en dicho certamen, también en la Copa Paraguay venimos bien. Seguramente más adelante llegará el momento de dirigir.
¿Bruno seguirá los caminos del padre?
Y a Bruno (su hijo de 11 años) le encanta el fútbol, entrena todos los días y sigue las instrucciones de su entrenador de la Unión Cultural. Yo no lo jodo mucho, que disfrute de las etapas y llegado el momento veremos. En el club donde está lo hace muy bien.
En el cierre de la entrevista, “Chicha” dejó unos consejos para quiénes verdaderamente sueñan con ser profesionales algún día: “Nunca dejen de soñar, hoy es un poco más fácil llegar, pero depende de cada uno quedarse allí. Tienen que ser responsables, hay en Eldorado muchos jugadores con condiciones para jugar en cualquier club de Primera, pero la indisciplina les suele jugar una mala pasada. Muchos prefieren la libertad de un torneo comercial o interbarrial antes que la Liga Oficial. Es ahí de donde tienen que salir para progresar”.