Aunque llevará mucho tiempo recuperar el ambiente del ARA Zaimán, arrasado por el incendio del 23 de abril, la reserva urbana comienza a dar signos de recuperación.
“Estuvimos viendo su estado, porque se quemó una amplia extensión de los pajonales que sirven de hábitat para muchas especies de aves y algunos otros mamíferos que hacen cuevas. Entonces, además de perderse la vegetación, también se perdió mucho espacio donde anidan y pasan la noche”, explicó a PRIMERA EDICIÓN la bióloga Gladys Garrido, directora del Programa de Educación Ambiental de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNaM y miembro de la Mesa de Gestión del Arroyo Zaimán.
En oportunidad del Día Mundial del Medioambiente, que se conmemora hoy, Garrido destacó el valor ambiental que tiene esa reserva para los misioneros en general y para los posadeños en particular.
“Lo más importante después de lo que pasó es que la población tiene que tener conciencia de todo el movimiento y gasto de recursos que hay que disponer cuando hay una lucha contra el fuego. No es una máquina con mangueras la que lo enfrenta: hay personas que se meten en medio para apagarlas. No puede ser que por un acto irresponsable genere un proceso que le cuesta caro a la comunidad”, sostuvo la ambientóloga al insistir en la urgente toma de conciencia.
“En primer lugar, es primordial incorporar el concepto de que estas áreas de reservas proveen de bienes y servicios ambientales y culturales a la comunidad”, remarcó Garrido.
Según sus palabras, este concepto está poco difundido, “pero esa expresión tiene que ver con los beneficios que tiene la población y que se derivan de esos ecosistemas. Pueden ser directos o indirectos. Por ejemplo, que en esos sitios creciera una especie vegetal que sirva para una medicina natural. También intervienen en la regulación del clima, desde la purificación del aire, porque contienen vegetación arbórea que cumplen una función, hasta para el control de la erosión, porque contiene a un arroyo importante para la provincia”.
“Los servicios culturales, por otra parte, están dados por el espacio de recreación que nos otorgan. Una de las funciones del ARA Zaimán es que las escuelas asistan con los alumnos para aprender de nuestra naturaleza con ejemplos locales, en vivo y en directo, para reconocer una especie nativa. Todo para reafirmar esa frase de que para valorar hay que conocer”, completó Garrido.
Monitoreo permanente
La bióloga apuntó que “después del incendio hicimos una recorrida por el terreno y marcamos sitios, como para tenerlos de control y ver la referencia de cómo era antes del incendio, para controlar y monitorear para ver cuánto tiempo lleva ese proceso de recuperación en cuanto a cantidad y diversidad de especies”.
La experta habló al respecto de lo que se conoce como “sucesión ecológica”, la cual -según afirmó- “puede llevar muchos años. No sabemos cuánto, pero sí que es un proceso largo el que vamos a tener que esperar hasta que se recuperen las especies”, remarcó.
“Si se hace una vista aérea, la gente va a ver el verde de los brotes. Algunos pueden pensar a partir de ello que ya se recuperó completamente, pero no. Lo primero que aparece es la diversidad de especies llamadas colonizadoras, que es una vegetación herbácea baja, después le sigue otro estrato formado por un conjunto de especies propios del lugar y recién después volverán esos arbustos que son los que se prendieron fuego”, aclaró.
Tras el siniestro de hace un mes y medio “le siguió una semana de mucha sequía, por lo tanto seguían las alertas. Se trató de un incendio que comenzó con la quema de basura y se extendió y por ello continuábamos en estado de alerta”, recordó la ambientóloga.
Campaña virtual
Luego de la catástrofe en la reserva, desde el área de Educación Ambiental de la Facultad de Exactas de la UNaM se llevó adelante durante nueve días corridos una campaña virtual que consistió en la divulgación del valor que tienen todos los ecosistemas y para concientizar sobre la mascotización de las especies silvestres.
Los resultados de esa actividad fueron óptimos en el sentido de que derivaron en una encuesta para mejorar la iniciativa. La población que participó activamente de la campaña se mostró interesada en seguir conociendo los bienes ambientales que posee el departamento Capital y otras reservas de la provincia.