Bajo una estricta custodia policial, el joven de 18 años acusado de intentar matar a su padre, el exintendente de Santiago de Liniers, Arnaldo Schoenfisch (49), y asesinar a su madre, Faustina Antúnez (57), fue trasladado al Juzgado de Instrucción 1 de esta ciudad, donde lo aguardaba el magistrado Roberto Saldaña, pero finalmente el sospechoso guardó silencio. Fue imputado por dos hechos: “homicidio en grado de tentativa y homicidio”, todos “agravados por el vínculo y calificados por el uso de arma de fuego”.
El muchacho está detenido desde el pasado jueves, tras conocerse el ataque a sus padres en la localidad de Santiago de Liniers. El exalcalde de aquel municipio permanece internado en el hospital Madariaga de Posadas por un disparo en la cabeza y corre riesgo de perder la visión, mientras que su esposa falleció en el SAMIC de Eldorado a las pocas horas del hecho.
Ayer estaba prevista la indagatoria del único detenido y sospechoso que tiene la causa investigada por el juez Saldaña.
El traslado del joven se realizó alrededor de las 9 con la correspondiente custodia policial. Una vez iniciados los trámites legales (un día antes el ahora imputado designó abogado defensor), se abstuvo de declarar.
Lo que se concretó fue la imputación formal de los cargos, que de acuerdo a los artículos 42, 45 y 80 incisos 1 y 2 del Código Penal Argentino, en caso de ser hallado culpable recibiría prisión perpetua.
Testimonial clave
Respecto al estado del exfuncionario municipal, se supo que dio muestras de mejoría durante su estadía en el Madariaga de Posadas. Esto para los investigadores es un gran avance en la causa, ya que el testimonio del hombre será clave.
Habría indicios de que momentos después del ataque, el propio Schoenfisch señaló: “Se mandó una cagada”, en alusión a su hijo, actualmente detenido.
Si bien no hay fechas previstas, en los próximos días, y de persistir la consciencia del herido y su estado de lucidez como hasta ahora, su declaración sería inminente.
El caso
Alrededor de las 4.20 del jueves 14, la comisaría de Santiago de Liniers tomó conocimiento del hecho. Tanto Arnoldo como Faustina fueron atendidos de urgencia en el SAMIC de Eldorado, pero la mujer prácticamente llegó sin vida. Tanto ella como su marido tenían disparos en la cabeza, lo que abrió en ese momento tres hipótesis.
Se barajaba la posibilidad de un robo, un femicidio seguido de intento de suicidio o el responsable estaba en el mismo círculo familiar.
Los dichos del hermano de Arnoldo fueron tomados con la mayor seriedad, cuando contó que, tras escuchar el pedido de ayuda, el exintendente le dijo que su hijo había sido el responsable.
Pero debían descartar las otras hipótesis. En la casa no faltaba nada, la pareja tenía una excelente relación y hace años que vivían juntos. Sólo quedaba una, la del hijo como autor del ataque. Los investigadores supieron que en los últimos tiempos no había buena relación entre los padres y el joven.
Así al menos manifestaron familiares a la policía. Actitudes de rebeldía que los progenitores intentaron corregir y que provocaron que el adolescente comentara, según los parientes, que “los iba a matar”.
Parecía un simple enojo, pero no se descarta que luego lo llevó a la práctica, al menos esa es la principal línea investigativa que manejan la Policía y el juez. El testimonio de Arnoldo será clave para confirmarlo o no, y esclarecer lo sucedido.