Transcurridos 50 días de aislamiento social, desde el Gobierno nacional anunciaron que la “cuarentena” continuará hasta el 24 de mayo. Previo a este anuncio, PRIMERA EDICIÓN decidió consultar a algunos de sus lectores al respecto y la mayoría coincidió en que es necesaria la extensión del aislamiento social preventivo y obligatorio, como herramienta para frenar la transmisión del COVID-19.
“Es una medida que está muy bien tomada, el tiempo que dure dependerá de los resultados”, señaló la odontóloga Silvana Ibarra.
Mientras que para Juan Ignacio Tassi, quien presta servicios digitales, “la posible extensión de la cuarentena me parece lo mejor, porque refuerza todo el sacrificio y cuidado que venimos teniendo en Misiones desde el momento en que empezó todo. Hay que aceptar lo que sea necesario para evitar lo peor”.
El taxista Carlos Fraticelli lo toma al pie de la letra: “Debemos permanecer en nuestras casas porque nos enfrentamos a un virus muy peligroso y si nos contagiamos, se complicaría todo, no habrá suficientes insumos. Entonces, lo mejor es respetar la medida”.
Y la abogada Gisela Oscherow coincidió en que “la extensión es necesaria, más allá de las desventajas anímicas y económicas que pueda tener esa decisión”.
En busca de soluciones
Ello, en referencia a que los trabajadores independientes no pueden esconder su descontento por su situación económica. “Esto está generando consecuencias enormes, hablando de lo económico y social. Hay muchas actividades que están frenadas y otras que no se pueden frenar. Va a tener una repercusión en la sociedad que nos va a afectar a todos”, puntualizó la odontóloga Silvana Ibarra.
Para ella, el profesional independiente “está muy desprotegido por el Estado. Teniendo en cuenta que el independiente sólo genera si trabaja y eso es lo que está limitado. Se nos limitó mucho, si bien estamos resolviendo emergencias no se puede comparar con lo que uno trabajaba en el consultorio particular. De todas maneras, entendemos que no hay otra manera de cuidarnos y de cuidar al paciente”.
Fin al sedentarismo
Antes de la cuarentena, la jornada laboral de Carlos Fraticelli era extensa. Se levantaba a las 5 de la mañana para iniciar los viajes en taxi. “No paraba hasta las 14 y luego retomaba a las 17 hasta las 22”.
De repente todo cambio. “Me vi obligado a quedarme en casa para cumplir con el aislamiento obligatorio debido a mi problema de salud: soy hipertenso y además tengo más de 60 años. Claro que para los taxistas es una situación terrible, no hay pasajeros. Todo está parado y necesitamos trabajar, pero entendemos que es una cuestión de salud”.
Fraticelli indicó que, más allá de la difícil situación, “para mí significó una experiencia de vida que me ayudó a entender que debo cuidar mi salud. Venía comiendo mal, durmiendo mal, no hacía ejercicios y de repente este encierro me obligó a hacer cosas para mí: hago ejercicios en casa y otra cosa que antes no podía y ahora sí es comer en horario y sano. Poco a poco, recuperé mi salud y bajé varios kilos”.
Siguen trabajando
La prestación de servicios digitales es “un rubro esencial”, por lo que Gonzalo no dejó de trabajar en ningún momento.
“Nuestros empleadores hacen todo lo necesario y más para cuidarnos, por eso me siento muy agradecido”, aseguró, mientras que su colega y compañero Nicolás detalló que “después de la jornada laboral tomamos todos los recaudados de higiene para volver a nuestras casas, para no contaminar nada”.
Todas las medidas
Desde el primer momento, la abogada Nancy Jara acató la orden de aislamiento. “Empecé a trabajar desde casa y a adelantar todo lo que podía a la espera de que se levante el aislamiento y poder presentar los escritos. Y como vivo a cuatro cuadras del estudio, me resulta menos complicado moverme, siempre con los recaudos necesarios: tapabocas y alcohol en gel, evitando el contacto”.
La profesional considera que la cuarentena no sólo se extenderá hasta el 26 de mayo, sino “que va a ser incluso un poco más así que quien puede debe quedarse en su casa, porque hay días que se ve movimiento como si fuera un día normal”.
Ademas explicó la necesidad de organización y cooperación de la ciudadanía para que “se puedan ir habilitando más actividades, porque hay personas que la están pasando mal: los que viven al día a día, los emprendedores que se están fundiendo”.
Como abogada trabaja al lado de varias empresas “cuyos titulares no duermen buscando una solución para poder pagar los sueldos y no quebrar en el intento de mantener los puestos de trabajo, entendiendo que nadie es culpable”, confió.