El paisaje es abrumador: en medio de un valle, unos colosos de piedra se erigen a más de 600 metros del suelo. En sus cumbres, desafiando a la gravedad y al sentido común, se elevan monasterios de hasta siete siglos de antigüedad. Esto es Meteora, uno de los panoramas más insólitos e inolvidables del mundo.
Ubicados al norte de Grecia, en la región de Tesalia, junto a la población de Kalambaka, los monasterios deberían ser un destino obligatorio para cualquier viajero.
Son seis los monasterios que, una vez que el mundo deje atrás la pandemia de coronavirus, se podrán volver a visitar:
• El Gran Meteoron es el más antiguo, el que se eleva a mayor altura (615 metros) y el de mayor tamaño. No en vano su nombre de Gran Meteoron alude a ese tamaño sobre la “Gran Roca”, Platis lithos.
• El Monasterio de Varlaam es el segundo en tamaño. Fue fundado a mediados del siglo XIV por el monje Hosios Varlaam, del que recibe el nombre. Tomó 22 años transportar el material a lo alto para completar su construcción. En su interior están las cestas con las cuerdas empleadas para llevar los materiales.
• El Monasterio Roussanou: a él se llega después de ascender 140 escalones y atravesar dos pequeños puentes de piedra. De los seis es el que se encuentra a menor altitud.
• Aghia Triada: fundado en 1438, es el monasterio de acceso más complicado, pero tras subir los peldaños que habilitan alcanzarlo, sus vistas panorámicas del resto de los monasterios son únicas.
• Agios Nikolaos o San Nikolaos Anapafsas fue construido en el siglo XIV, y es uno de los más modestos en tamaño.
• Agios Stefanos es el monasterio más fácil de visitar ya que en vez de escaleras se conectó gracias a un pequeño puente que llega hasta la entrada. Gracias a su accesibilidad es ideal para aquellos turistas con dificultades de movilidad, pero que no quieran perderse la oportunidad de conocer al menos uno de los monasterios de Meteora.
De por sí visitar los monasterios es una experiencia abrumadora pero si con esto no le alcanza, por la pendiente de sus rocas el lugar se ha convertido en lugar de “peregrinaje” de escaladores de todo el mundo, que desafían la inclinación y dificultad de las moles de piedra con su esfuerzo titánico, algo que seguramente estarán añorando en estos momentos, pero tranquilos que aunque nada será igual, la pandemia y el encierro pasarán.
Meteora significa nada menos que “rocas en el aire”. Nombre que le queda perfecto ya que en definitiva son enormes masas de roca erosionadas. Los habitantes del siglo XIV consideraron que este era el mejor lugar para la construcción de sus monasterios. De 24 quedaron seis, ya que los restantes cayeron en desuso o fueron destruidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.