De inmediato se activó el protocolo para el tratamiento de cadáveres de personas fallecidas por coronavirus COVID-19 que sigue las Directrices de la Organización Mundial de la Salud, publicadas en 2014 sobre Prevención y control de las infecciones respiratorias agudas con tendencia epidémica y pandémica durante la atención sanitaria, que incluye un apartado de Recomendaciones sobre el cuidado de los difuntos y un anexo de servicios funerarios y autopsia.
El titular de la cartera sanitaria provincial, Oscar Alarcón, aseguró a PRIMERA EDICIÓN que durante esta etapa previa se entregó a las funerarias misioneras una copia del mencionado protocolo y se los capacitó respecto al manejo de la situación.
Desde el momento del fallecimiento de la persona por COVID-19, hay seis horas de plazo para decidir si se lo crema o inhuma, sin servicio velatorio.
El protocolo al que accedió este Diario establece que:
• Antes de proceder al traslado del cadáver, debe permitirse el acceso de los familiares para una despedida sin establecer contacto físico con el cadáver, ni con las superficies u otros enseres de su entorno o cualquier otro material restringiéndolo a los más próximos y cercanos. Las personas que entren deben tomar las precauciones de transmisión por contacto y gotas, siendo suficiente una bata desechable, unos guantes y una mascarilla quirúrgica.
• Las personas que participen en el traslado del cadáver deberán contar con equipos de protección personal adecuados, similares a los recomendados para el personal de salud que atiende casos en investigación, probables o confirmados para infección por COVID-19.
• El cadáver debe introducirse en una bolsa plástica de alta densidad, impermeable y con cierre hermético, debidamente identificada como material infectocontagioso.
• Los pacientes fallecidos por COVID-19, todavía pueden contener virus vivos en los pulmones y otros órganos. Se recomienda no realizar autopsia a los cadáveres de personas fallecidas por COVID-19, ya fuesen casos clasificados como caso en investigación, probable o confirmado, salvo indicaciones clínicas fundamentadas
• En las funerarias no se deben realizar actuaciones de limpieza ni intervenciones de tanatopraxia o tanatoestética sobre el cadáver.
• Tras la correcta introducción del cadáver y desinfección de la bolsa sanitaria estanca, la manipulación exterior de ésta o del ataúd que la contenga no comporta riesgos. El personal que realice el traslado deberá ser informado previamente, así como del procedimiento a seguir.
• La inhumación debe cumplir con algunas normas básicas, en especial la de identificación y registro de las tumbas, aislamiento de los predios, cumplimiento de normas de salud pública y de procedimientos de bioseguridad y respeto a los principios de diversidad y no discriminación.
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