El mundo transita días difíciles a causa del COVID-19, que trajo aparejadas medidas como el aislamiento para proteger a las comunidades del contagio.
Muchas localidades de la provincia se vieron obligadas a abrir cocinas centralizadas para llegar con un plato de comida a muchas familias que, al no poder salir a trabajar, carecen de ingresos económicos. Y Puerto Esperanza no es la excepción.
Teniendo en cuenta este contexto, desde el inicio de la cuarentena en Misiones, el grupo solidario “Por una Sonrisa” se organizó, con los permisos y las prevenciones pertinentes, para juntar donaciones de alimentos y con ellos cocinar ollas populares para repartir en los barrios más carenciados de su ciudad.
La cantidad fue en aumento y ahora “estamos repartiendo entre 150 y 200 porciones diarias, hay mucha gente que la está pasando muy mal. Los barrios más carenciados son Bella Vista, El Progreso II y Rolón Vargas”, contaron.
Por esto, presentaron una solicitud al intendente local, Alfredo Gruber, para que les permita poner en funcionamiento el comedor central “que está en el predio adjunto al polideportivo de la ciudad, para que podamos usar la cocina y así llegar a más gente. También si nos pueden ayudar con la donación de alimentos para estas comidas”.
El grupo hace un trabajo completo: los vecinos que pueden donar alimentos les avisan y ellos pasan a retirar; luego organizan en cada lugar las ollas para repartir las porciones de comida.
“Tratamos de que sea una comida potente, porque para algunos es la única comida del día. Pero no estamos pudiendo llegar a más lugares y más familias, por eso pedimos a Municipalidad esta ayuda tanto con mercaderías como con el espacio físico para cocinar, así podemos hacer más cantidad”, explicaron.
La nota fue presentada esta semana y aguardan respuesta. “La situación de las familias es muy angustiante, nuestra idea es poder darles una mano en este momento tan difícil”, dijeron.