Números alarmantes figuran en el recuento realizado desde MuMaLá durante los meses de enero y febrero, donde dan cuenta de que en Argentina una mujer es asesinada cada 32 horas.
A través del informe, este Observatorio nacional denuncia que la violencia machista va en aumento y en sólo dos meses hubo más de 40 femicidios en todo el país. A pocos días de conmemorarse el 8M, los movimientos sociales reivindican la importancia de contar con informes detallados de agresión hacia las mujeres e identidades disidentes. Insisten en la declaración de emergencia por violencia de género.
De acuerdo a este informe, entre el 1 de enero y el 26 de febrero del 2020 se cometieron 43 femicidios, de los cuales 39 fueron directos (es decir sólo mujeres); dos fueron femicidios vinculados de niñas y mujeres; otros dos se trataron de vinculados pero con niños y varones. Asimismo, se registraron 32 intentos de muertes.
En Misiones, la coordinadora provincial de MuMaLá, Carolina Maidana, explicó a PRIMERA EDICIÓN que entre los datos del informe nacional se contabiliza que “en la provincia se registraron dos hechos de violencia machista, uno fue en enero donde se encontró el cadáver de una mujer enterrado. El último fue a comienzos de febrero cometido por un hombre que ya tenía pedido de captura y hechos registrados en el país vecino”.
Teniendo en cuenta la situación que atraviesa Argentina en cuanto a la cantidad de casos de muertes de mujeres e identidades disidentes, “desde el 2015 las organizaciones solicitamos la aplicación de la Ley de Emergencia de Nacional Ni Una Menos en cuanto a la violencia de género”, añadió. En Misiones, “se ha avanzado en materia de visibilización pero aún se necesita la presencia del Estado tanto en la capacitación como el acompañamiento para frenar la violencia patriarcal”, remarcó.
El Observatorio Nacional también señaló que siete asesinatos están en proceso de investigación (esperando autopsia y peritajes). Como consecuencia de los ataques a las mujeres, MuMaLá contabilizó que 57 niñas, niños y adolescentes se quedaron sin madre. En cuanto al rango etario, el 52 % de las víctimas tenía entre 19 a 40 años. Entre ellas, el 23% había denunciado a su agresor, el 12% tenía restricción de contacto o perimetral y el 2% fue asesinada pese a tener un botón antipánico.
Con respecto a la relación de los femicidas con sus víctimas, el informe revela que el 44% convivía en el mismo hogar. Además, remarcaron que el 19% de los sujetos terminaron suicidándose, mientras que el 7% lo intentó; un 9% está prófugo; otro 9% asesinó a más de una víctima y un 2% pertenecía a alguna fuerza de seguridad. Entre los datos recabados figura que en el 42% de los casos se trató de una pareja; en un 26% una expareja; el femicida resultó ser un familiar en un 17%; un 2% de las veces fueron conocidos de la víctima y un 9% desconocidos, sin vínculo.
Por otra parte, las muertes vinculadas a episodios de violencia a estas mujeres o que estaban en el lugar durante el hecho, el 50% eran niños y adolescentes de entre 0 y 15 años (tal como el caso del niño asesinado en Puerto Deseado).
En cuanto al lugar donde se cometió el femicidio, este último informe detalla que el principal espacio donde se dieron fue en la vivienda familiar de la víctima (un 31%). También ocurrieron en hogares compartidos (34%); en la vía pública (12%); descampados (7%); en la vivienda del femicida (10 %); en alguna propiedad privada (5%); en la vivienda de un familiar (7%) y en espacios como hoteles, en el trabajo de la víctima, entre otros lugares (4%).
Desde MuMaLá Argentina apunta a la urgente “implementación de la Educación Sexual Integral de manera transversal y la aplicación efectiva de la Ley Micaela de capacitación obligatoria en género y violencia de género en todos los ámbitos del Estado”.